Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades | Sección digital
Sección digital Otras reseñas Mayo de 2008
Marta Irurozqui Victoriano (dir.), La mirada esquiva. Reflexiones históricas sobre la interacción del estado y la ciudadanía en los Andes (Bolivia, Ecuador y Peru), siglo XIX*
Madrid, CSIC, 2005, 385 p.
Federica Morelli
Como dice la autora explicando el título del libro, La mirada esquiva, este volumen reúne textos de investigación basados en estudios de casos con diverso enfoque analitíco relativo a cómo enfrentar, resolver o simplente plantear de modo renovado la cuestión de la ciudadanía en Hispanoamérica durante el siglo XIX. Si el título global del libro es una declaración de prudencia ante la magnitud y complejidad histórica implícita en la cuestión, el subtítolo invita a abordar el tema a modo de relectura historiográfica, vinculando el proceso de expansión de la ciudadanía con el de la la afirmación del Estado.
El libro se inscribe en un conjunto de trabajos que desde finales de la década de 1980 ofrece una reinterpretación de los fenómenos sociales asociados con la conquista de lo público, de la lucha política resultante y de sus actores. Desde una perspectiva latinoamericana, tales estudios combaten la visión del desarrollo político de este área como una experiencia « fracasada y anómala » y el entendimiento de la ciudadanía como un camino universal que sigue una evolución lineal, progresiva, unívoca y unilateral. En primer lugar, asumen el ejercicio de la ciudadanía como un proceso y no como un objetivo finalista; secundariamente, han abandonado la sistemática consideración de los modelos políticos de la Europa nortoccidental, elaborados por T.H. Marshall y Stein Rokkan, como la norma incuestionable y perfecta para asumirlos como excepciones o para replantearlos en virtud de los “casos fallidos”. Al rechazo de la ciudadanía como un fenómeno evolucionista y teleólogico corresponde una interpretación más compleja de la misma referida a una aventua política colectiva, a un proceso contingente con ciclos de avance y de retroceso, en ocasiones resultado inesperado de acontecimientos ajenos a ella, ambiguo en su dinámica de inclusión y exclusión, y dependiente de las diferentes estrategias adoptadas por los diferentes actores que participan en el conflicto social, y que fue entendido por éstos no sólo come un derecho universal sino también como una facultad que debía ser aprendida y un provilegio que debía ser ganado.
El volumen contiene once ensayos –a los que hay que añadir una remarquable introducción de tipo historiográfico de la editora- reunidos entorno a cinco temas principales: elecciones, gobierno, conmemoraciones nacionales, educación y violencia. Los ensayos de Víctor Peralta y Rossana Barragán comparten el estudio de la representación, articulación y organización territorial. A través de las elecciones de ayuntamientos constitucionales y de diputados provinciales en Peru en 1813 y 1814, el primero destaca la importancia de la negociación local para que los representantes adquieran legitimidad política, interesándose la segunda autora en la estrategia social de la representación política a través del estudio de los comicios de la Cámara de Representantes de Bolivia entre 1825 y 1840. Los ensayos de Jaime E. Rodríguez O.,Cecilia Méndez y Marta Irurozqui abordan la presencia indígena en la vida política. Mientras el primero subraya cómo la constitución de Cádiz permitió una aciva, conflictiva y efectiva participación electoral de los indios del Reino de Quito y cómo ello influyó en la naturaleza política del controlo del territorio, Méndez y Irurozqui se centran en las ngociaciones de los indígenas con las fuerzas políticas en contextos bélicos. Aunque ambas autoras subrayan el conicimiento poseído por parte de los líderes indios acerca del proceso público nacional y su capacidad de apropiación del lenguaje político generado en las esferas del administración del Estado, Méndez insiste en la habilidad de los campesinos peruanos para forjar alianzas efectivas con éste, mientras que Irurozqui se dedica a mostrar la incidencia de la violencia armada en las variaciones públicas sufridas por la condición ciudadana de los indígenas bolivianos. Los ensayos de Juan Maiguashca, Ulrich Mücke y José Ragas se adentran en el terreno gubernamental. El primero lo hace de un ánalisis revisionista del proyecto de gobierno de García Moreno, entendido como una experiencia moral y liberal “desde abajo” basada en el mérito ciudadano y en una identidad nacional católica al actuar la religión como un factor modernizante, mientras que Ragas y Mücke se centran en las elecciones y en las instituciones que favorecían su legitimidad política. A partir de los comicios peruanos de 1849-1851, el primero reflexiona sobre el sufragio indirecto y el fraude electoral y las consecuencias de su interacción en el fortalecimiento de una nueva cultura política y en la formalización del juego político y de sus actores, siendo el segundo el que defiende un enfoque analítico institucional para explicar la movilización política de la población en todas las regiones del país y de todos los estratos sociales y la formación o consolidacción de facciones políticas a nivel local, regional y nacional. El ensayo de Françoise Martínez afronta las sucesivas metamorfosis experimentadas por las fiestas civícas en Bolivia durante el siglo XIX, destacando su uso político y ligándolas a los proyectos de construcción nacional que las sustenban o acompañaban. Por último Guadalupe Soasti y Marten Brienen abordan el tema de la instrucción pública. Si la primera ofrece una revisión de las propuestas y objetivos que guiaron a los gobiernos de turno en la formación de los ecuatorianos durante el periodo de 1826 a 184, Brienen reconstruye la formación del sistema educativo indígena boliviano a partir de cuestionar la tendencia a sobrestimar el papel del Estado y a subestimar el de las comunidades indígenas y atribuye la expansión del sistema educativo a la actividad de estas corporaciones.
Pese a que la investigación sobre la ciudadanía le queda aún mucho camino que recorrer en las tres repúblicas andinas y sin bien no se pueda hablar de un desmonatje completo de los tópicos que caracterizaban la vida política andina como conformada por repúblicas restrictivas y fraudelentas, sí puede afirmarse que los trabajos aquí reunidos reniegan el entendimiento del poder político como algo ajeno a la voluntad popular, únicamente sustendado en la acción de las armas, en la capacidad económica del grupo dirigente o en la capacidad personal por generar un liderazgo, y subrayan el proceso de politización de la población a partir de una resignificación del funcionamiento de los sistemas políticos. Creemos por lo tanto que esfuerzos como éstos puedan ayudar a eliminar los estereotipos que por largo tiempo han dificultado la comprensión de las experiencias políticas de América Latina.
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* Reseña publicada en la revista Nuevo Mundo. Mundos Nuevos.