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La pandemia del consumismo [english]
Artículo requerido por Naciones Unidas con motivo de la Conferencia de Naciones Unidas por el Cambio Climático a realizarse entre el 7 y el 18 de diciembre de 2009. Publicado en UN Chronicle (Naciones Unidas, noviembre 2009) y traducido por el autor al español.
Jorge Majfud | Lincoln University
Special Climate
Change Issue
“To protect succeeding generations...”
New Issue coming in November 2009!
Los períodos de calentamiento global no son un invento humano. Pero los humanos hemos inventado la forma de convertir un ciclo natural en una anomalía. Su gravedad puede exceder la tragedia de una, de muchas bombas atómicas, pero no vemos la explosión porque vivimos dentro de ella, porque se parece al incontestable capricho de la naturaleza ante el cual solo cabe resignarse.
Los gobiernos del mundo están demasiado ocupados tratando de salvar a la humanidad de “la gran crisis” —la crisis económica—, estimulando el mismo consumo que nos está llevando a la catástrofe. Si la destrucción global aún no ha alcanzado la catástrofe tan temida, es sólo porque el consumismo no ha alcanzado aun los porcentajes tan deseados. En este delirio colectivo, confundimos desarrollo con consumismo, éxito con despilfarro, crecimiento con engorde. La pandemia es considerada un síntoma de buena salud. Su éxito ha sido tan abrumador que no hay ideología ni sistema político en el mundo que no esté concentrado en reproducirla y multiplicarla.
Las nuevas tecnologías podrían ayudar a disminuir las emisiones de dióxido de carbono, pero es improbable que sean suficientes ante un mundo que recién se encuentra en los inicios de su capacidad para consumir, dilapidar y destruir. Pretender reducir la contaminación ambiental sin reducir el consumismo es como combatir el narcotráfico sin reducir la adicción de los drogadictos.
El despilfarro irracional del consumismo no tiene límites; no ha evitado la muerte de millones de niños por hambre pero ha puesto en peligro la existencia de toda la biósfera. Si el exitoso consumismo no es reemplazado por la olvidada austeridad, pronto deberemos elegir entre la guerra y la miseria, entre el hambre y las epidemias.
Está en manos de los gobiernos y en manos de cada uno de nosotros organizar la salvación o acelerar la destrucción. La Conferencia sobre el cambio climático de Copenhague es una nueva oportunidad para evitar la mayor catástrofe que nunca ha enfrentado la Humanidad. Procuremos que no sea otra oportunidad perdida, porque no disponemos de todo el tiempo del mundo.
The Pandemic of Consumerism ↑
Periods of global warming are not in and of themselves a human invention. But humans have invented ways of turning a natural cycle into an abnormality whose severity can exceed the tragedy of one atomic bomb or even of several atomic bombs. However, we cannot see the explosion because we live in it, because it seems to be an evident freak of nature to which we must all resign ourselves.
The world’s governments are too busy trying to save humanity from the “great crisis” —the economic crisis— by stimulating the same consumption that is leading us to unmitigated disaster. If the level of global destruction has not yet reached the dreaded status of full-blown catastrophe, it is only because consumerism has not yet reached its supposedly desired levels.
In this collective delusion, development is confused with consumerism, wastefulness with success, and growth with fattening. The pandemic is considered a sign of good health. Its “success” has been so overwhelming that there is no ideology or political system in the world that is not bent upon reproducing and multiplying it.
New technologies could help to reduce carbon dioxide emissions, but it is unlikely that this would be sufficient in a world that is just at the beginning of its capacity to consume, to squander, and to destroy. Trying to reduce environmental pollution without reducing consumerism is like combatting drug trafficking without reducing the drug addiction.
Wasteful and irrational consumerism has no limits; it has not prevented the death of millions of children from hunger, but it has endangered the existence of the entire biosphere. If “successful” consumerism is not replaced by the forgotten values of austerity, soon we will choose between war and misery, hunger and epidemics.
It is in hands of governments and in hands of each of us either to organize the salvation or accelerate the destruction of our own world. The Climate Change Conference in Copenhagen is a new opportunity to prevent the greatest calamity humanity has ever faced. Let us not have another opportunity missed, because we certainly do not have all the time in the world.