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La literatura clandestina e ilegal en el Antiguo Régimen: Algunas reflexiones a Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución de Robert Darnton
Robert Darnton, Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2008, 554pp.
Daniel Morán [1]
La historia del libro, de la literatura del siglo XVIII y de la revolución francesa ha suscitado la profunda preocupación de la historiografía por entender y repensar aquella compleja relación entre ilustración y revolución. Si bien se han realizado estudios importantes de los filósofos de la ilustración y la importancia de sus obras en el ciclo revolucionario francés, no se había prestado atención al análisis de la literatura de alcantarilla, ilegal y clandestina que circuló profusamente en Francia durante el Antiguo Régimen.
Precisamente, el estudio metódico de esta literatura ilegal ha sido el objetivo principal del libro de Darnton Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución. Investigación novedosa, extensa y documentada, comprensible y bien escrita, que cuenta con argumentos sólidos y atrayentes que permiten repensar muchas de los argumentos planteados por la historiografía francesa. El trabajo basa su originalidad en el análisis sistemático de aquella literatura olvidada de Francia antes de la revolución, aquellos libros filosóficos prohibidos, la literatura ilegal y libertaria de los Rousseaus de alcantarilla, los libelos políticos, panfletos, crónicas escandalosas, gacetas manuscritas, es decir, todo aquel sector prohibido que se convirtió en el siglo XVIII en los best sellers de los franceses y que contribuirían a erosionar la legitimidad del antiguo régimen.
Ciertamente, la utilización de todo este cúmulo de evidencias, recogidas y estudiadas por Darnton por más de dos décadas, ubicadas en su gran mayoría en los repositorios de Sociéte typograpphique de Neuchatel (STN), llevan al autor a señalar que los documentos de la STN “representan el carácter general del ramo en los libros prohibidos.” Esta última comprobación resultado a su vez de una investigación comparativa con documentación de otros archivos permite que Darnton clarifique bien su objetivo principal de investigación; el análisis metódico y vinculante de la literatura prohibida en Francia entre 1769-1789, para acercarse a la comprensión más real de ¿qué leían los franceses en el siglo XVIII?, y cuál fue la importancia de esta literatura ilegal en el complejo mundo del Antiguo Régimen.
De este objetivo se desprenden varias ideas necesarias de explicar. En primer lugar, Darnton abre una perspectiva nueva en el análisis de la historia del libro y otros impresos que antes eran ignorados, pero que a partir de su análisis cobra vigencia y permite tener una imagen más amplia de la trayectoria de esa literatura clandestina y de todo aquel entramado que conllevó su producción, circulación y lectura en la sociedad francesa del XVIII. En segundo lugar, el análisis de los libros prohibidos y de una documentación inédita de más de 50 mil cartas de la STN permite vislumbrar al autor el valor de esta literatura y su incidencia en la erosión de la legitimidad de la autoridad política. Y, en tercer lugar, que estos “libros filosóficos” fueron obras que tuvieron repercusiones determinadas y que representaron un grupo importante de la literatura francesa del siglo XVIII.
Todos estos argumentos que realiza Darnton de la literatura ilegal antes de la revolución lo llevan a sustentar su tesis central: que la difusión de los libros filosóficos minó la legitimidad del Antiguo Régimen en Francia. De esta tesis se desprende entonces que los best sellers prohibidos eran los libros más peligrosos y escandalosos de aquellos años porque hacían circular críticas abiertas a la autoridad real, a la situación decadente de la monarquía y el despotismo ministerial que asechaba a los franceses, haciendo ver así que se trataba también de libros con un evidente mensaje político.
Para demostrar aquellos argumentos Robert Darnton dividió su investigación en cuatro partes definidas. En la primera, La literatura prohibida y el mercado literario, el autor desarrolla en forma consistente la producción, edición, intercambio, pedidos, comercialización y los determinados precios de los libros ilegales en Francia del XVIII. Una de las preguntas clave de esta sección era la determinación de los canales del comercio clandestino de estos libros filosóficos. Darnton subraya que si bien era cierta la idea de la fuerte represión y confiscación de esta literatura ilegal por parte de las autoridades, era igualmente verdad que estos libros circulaban profusamente en secreto y que las mismas autoridades no pudieron controlar todo este torrente de impresos de la denominada filosofía por debajo de la manga. La represión de la policía sobre esta literatura estuvo reglada por la transgresión de tres puntos: “menoscabar la autoridad del rey, de la iglesia o de la moral convencional.” Además, los libros confiscados eran clasificados en: “libros prohibidos”, “libros no permitidos” y “libros piratas.” Los primeros eran los que debían ser recogidos y destruidos por su peligrosidad, pero en ese proceso de confiscación todos estos libros terminaron confundidos con los otros dando la sensación de que la mayor parte de ellos olían a ilegalidad. Entonces, tanto para la policía de esos años como para los historiadores actuales la dificultad estaría en determinar al elemento peligroso en la literatura que circuló en Francia antes de la revolución. En apreciación de Darnton podemos identificar a esta literatura ilegal a partir “del examen de las prácticas de los libreros del siglo XVIII”, al conocer las jergas de su ramo, el intercambio de estos libros, sus ventas, las solicitudes que se hacían, cómo se “empacaban, embarcaban y vendían” en todo aquel sistema con el objetivo de hacer llegar la literatura prohibida a sus lectores fuera de los límites de la ley. Por ejemplo, la etiqueta de “filosófico” debía llevar a que los agentes del comercio del libro tomaran las debidas precauciones al momento de intercambiar y comercializar sus pedidos en el mercado ilegal. En ese sentido, la STN realizaba sus intercambios con sumo cuidado, siempre adquirían los libros prohibidos a través de otros impresores, pues no se arriesgaron a imprimir ellos mismos estas obras por el inminente peligro de esta práctica y las serias dificultades que les podía ocasionar todo ello con las autoridades. Este riesgo hacía que los libros filosóficos tuvieran una gran demanda y recibieran un trato especial al momento de las ventas o los intercambios. Los pedidos y los envíos representaban también otra parte importante del proceso del negocio de los libros, por ello, se utilizaron diversas formas para enmascarar en un todo tanto los libros legales, ilegales y cuasi legales, el objetivo era evitar la confiscación, la perdida de los libros prohibidos y garantizar su arribo satisfactorio hasta los asiduos lectores en Francia.
De todas estas ideas se puede concluir que la literatura ilegal en el Antiguo Régimen era en sí misma un mundo aparte, un sector importante del comercio del libro que en determinadas coyunturas políticas relacionadas a la oferta y la demanda de estos libros filosóficos mantenían fascinados a los franceses. En este mundo de la literatura ilegal queda por determinar cuáles eran precisamente estos libros prohibidos que navegaron por los canales del comercio clandestino. Darnton ofrece en este punto de la investigación varios cuadros sugerentes que prueban la diversidad de esta literatura, su importancia y el manantial de evidencias que guardan los documentos de la STN. Los estudios de caso que señala el autor muestran que existía una fuerte demanda de los libros filosóficos, los libelos políticos y las crónicas escandalosas clasificadas todas estas en el ámbito de lo religioso, filosófico, político y en el mundo de la actualidad y el sexo. Sin embargo, esta comprobación nos sumerge en la interrogante de la representatividad de todas las evidencias ubicadas en la STN. Sobre este problema Darnton es claro en su argumentación de que la documentación de la STN nos ofrece un panorama fidedigno del comercio clandestino de la literatura ilegal en Francia al menos en los 20 años antes de la revolución. El cúmulo de las 50 mil cartas y la docena de libros de contabilidad de la STN sumados a la comparación del material encontrado en tres archivos más como “los registros de los libros confiscados en la Aduana de Paris” (280 títulos); “los inventarios de las librerías que se realizaban durante las redadas policiales” (300 títulos); y “los catálogos de los libros filosóficos de otros impresores editores suizos” (261 títulos), nos sugieren considerar a los materiales de la STN (457 títulos) como los más representativos del comercio clandestino del libro en Francia. Incluso, en opinión de Darnton, sumando y amalgamando los títulos de estos libros ilegales hallados en estos 4 repositorios podemos obtener una bibliografía en cierta forma completa de la literatura ilegal “que se compro y vendió en Francia antes de la revolución, un total de 720 títulos.”
Precisamente, en Textos clave, segunda parte del trabajo, el autor analiza tres libros distintivos de esta literatura prohibida en Francia. El primero de ellos Thérèse philosophe escrita posiblemente en 1748 puede ser calificada como una obra de filosofía pornográfica. Darnton había advertido que las autoridades que controlaban el comercio del libro siempre se preocuparon en confiscar los textos que ofendían a la iglesia, al Estado y la moral, pero en la realidad la policía centró sus operaciones en las obras que eran calificadas de obscenas y que atentaban abiertamente a la moral. Es importante señalar también que la publicación de Thérèse philosophe estuvo inmersa en la aparición de un conjunto de obras características de la ilustración como las de Montesquieu, Diderot, Buffon, Rousseau y Voltaire entre 1748-1751. Thérèse forma parte de los libros que relataban el mundo de la alcahuetería y la insolencia de los inicios de la ilustración en donde todo era cuestionado y nada se consideraba sagrado. En forma general, Thérèse philosophe al mostrar en su relato lo relativo al sexo, la filosofía y una crítica a la iglesia estaba desafiando los valores subyacentes del Antiguo Régimen en Francia.
El segundo libro, L’An 2440 escrito por Mercier en 1771 fue el best sellers supremo de los catálogos de la STN con aproximadamente 25 ediciones evidenciando así su amplia difusión y demanda en el mundo de la literatura clandestina. Se puede observar a partir de la lectura del libro la fuerte influencia de Rousseau y que el texto debía ser leído “como una guía seria hacia el futuro.” En esa perspectiva, L’An 2440 desarrolla su trama principal en Francia del año 2440 insertándole a la misma, en notas a pie de página, el presente francés del siglo XVIII como un pasado bien distante. Ese pasado recibía una crítica fuerte de parte de Mercier, sin embargo, nunca llegó a discutir seriamente “la legitimidad de la monarquía como tal.” Se percibe también en L’An 2440 la intención del autor por sostener que habría profetizado el advenimiento de la revolución francesa, además, es evidente el desafío al orden sociopolítico al pronunciar serios cuestionamientos a la religión y al gobierno. Entonces, L’An 2440 es un best sellers de la literatura ilegal que expresa una fantasía utópica que podía ser vista como una promesa de liberación.
Las Anecdotes sur Mme la comtesse du Brarry (1775), es el último libro estudiado por Darnton, en esta segunda parte de su trabajo. Anecdotes es otro best sellers de intensa circulación en Francia que ofrece una mirada distinta a las obras analizadas anteriormente, el centro de atención de Anecdotes está en el mundo secreto de los burdeles y de las recámaras en donde se podía percibir como ciertos personajes públicos manejaban en la intimidad las vidas de las personas y el futuro de la nación. En sentido estricto este texto era un libelo político que encontraría en la difamación política su fuerza de atracción en el público lector francés antes de la revolución. La historia relata el trayecto de Bu Barry transcurrido desde su humilde cuna pasando de lecho en lecho por diversos burdeles hasta llegar al lecho real. Así, el libro al ir describiendo ese recorrido de éxito sexual de Bu Barry permite advertir la historia confidencial de la vida de Versalles contada desde dentro por una de sus propias protagonistas. Se presenta la naturaleza del sistema político inmersa en luchas por el poder y los conflictos de personalidades relacionadas a ese sistema de la esfera política francesa. En esa tendencia, Anecdotes, que se alimenta de una diversidad de fuentes como las gacetas clandestinas, permite observar la degeneración de la monarquía, convirtiéndose así en algo más que unas simples anécdotas de alcoba, se trataría de un escrito ilegal y revolucionario para su época por ocuparse de la desacralización del rey y atacar la legitimidad de la monarquía en sus propias bases.
La tercer parte de la investigación de Darnton, Los libros ¿provocan revoluciones?, se inserta en una de las mayores dificultades de la historiografía del siglo XVIII vinculadas a las grandes interrogantes de la relación ilustración y revolución francesa. La intención del autor es advertir cómo la difusión de los libros afecta a la opinión pública y cómo esta última influye en las acciones políticas. No obstante, insiste Darnton, que este entendimiento se puede desarrollar únicamente cuando reflexionemos esas interrogantes a partir del estudio de las diversas redes de comunicación en donde circularon aquellos libros. Entonces, la penetración de estos best sellers en la sociedad francesa se produce a través de la existencia de una compleja red de información que se enlaza con el proceso de producción y difusión de la literatura ilegal del XVIII. Esas redes de comunicación que conectan medios (libros, rumores, chismes, canciones, noticias orales, manuscritas e impresas), y ambientes (calles, mercados, cafés, tabernas, jardines públicos, salones, círculos privados, librerías, bibliotecas, grupos de lectura), ilustran la forma en que los mensajes se trasmitían por diferentes circuitos y abarcaban una población más amplia de lo que normalmente se creía. Así, la difusión y la asimilación de aquellos mensajes se constituyen en una interrogante fundamental si comprendemos que los libros prohibidos moldearon la opinión pública al fijar en sus páginas el descontento y acomodarlos en una narración coherente.
En aquella línea, la historia del libelo político, caracterizado por los ataques calumniosos a figuras públicas, ofrece una entrada sugerente para comprender las agresiones a la legitimación de la autoridad política antes de la revolución. Desde el renacimiento esta clase de impresos venían dañando la imagen de diversas personalidades, pero sería en la coyuntura de 1770-1780 cuando desarrollen características diferentes y singulares. Por ejemplo, los libelos antes de pocas páginas ahora podían llegar a tener varios volúmenes y una mayor circulación que sus precedentes, además, sus ataques sobre “la vida sexual del rey” fueron más fuertes y directos, incluso, ya no protestaban solo contra la tiranía ahora acusaban a la monarquía “de haber degenerado en despotismo.” A pesar de toda esta carga crítica los libelos políticos no incitaron a la revolución, pero crearon una tendencia cuestionadora que minó la legitimidad del sistema con mayor eficacia que otros impresos. Por ello, para Darnton, se debe entender los orígenes ideológicos de la revolución francesa “como un proceso de deslegitimación del Antiguo Régimen más que como la profecía de un régimen nuevo.” En ese esfuerzo el autor establece algunos argumentos sugestivos para entender la respuesta del lector ante esta literatura ilegal en Francia. Afirma que es complicado percibir como los lectores asimilaron y redefinieron su propia lectura de estas obras filosóficas, sin embargo, advierte que por el material analizado es evidente que el siglo XVIII se consumió grandes cantidades de literatura clandestina. Y, que la lectura que de ella se realizó fue muy diversa y ocasionó reacciones divergentes.
Todos estos argumentos mostrados por Darnton lo llevan a responder la interrogante final de su investigación: cómo los libros filosóficos participaron en la radicalización de la opinión pública. La existencia de una amplia gama de “espionaje” de parte de la autoridades por conocer lo que se leía, discutía y pensaba en los espacios públicos hacen advertir la preocupación del gobierno por seguir el desarrollo de la opinión pública y controlar sus posibles efectos. Pero la profusión de los libelos políticos y de toda la literatura ilegal en el Antiguo Régimen no pudo ser controlada, los franceses cada día perdían el respeto por la monarquía, la sacralidad del rey y alimentaban los “ruidos públicos” a partir de una asidua lectura de los libros prohibidos. Esta literatura clandestina ayudó a polarizar la opinión pública que terminó saliéndose de las manos al gobierno ocasionando la perdida de la legitimidad política ante el advenimiento de la revolución francesa.
Finalmente, la cuarta parte del estudio de Darnton, Libros filosóficos: Breve antología, presenta fragmentos centrales de las tres obras analizadas a lo largo de la investigación con la intención de que los lectores actuales puedan disfrutar de esta literatura prohibida y, a su vez, puedan entender desde su propia percepción la importancia de estos textos en la precipitación de la revolución francesa. Esta tendencia de Darnton prueba que en Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución, no solamente se indague a los grandes libros de los filósofos más excelsos de la ilustración, sino que en su insistencia en explorar la historia de las ideas desde abajo, desarrolle extensamente a esa literatura clandestina e ilegal del siglo XVIII, literatura escrita en su gran mayoría por aquellos Rousseaus de alcantarilla y que reflejan además el influjo de estas ideas en la cotidianidad de la sociedad de Antiguo Régimen en Francia prerrevolucionaria.
[1] aedo27@hotmail.com | Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima, Perú) | Universidad Nacional de San Martín-IDAES (Buenos Aires, Argentina).