Sección digital Otras reseñas
Alfredo Ramos Jiménez, El experimento bolivariano. Liderazgo, partidos y elecciones
Mérida (Venezuela), Centro de Investigaciones de Política Comparada-Universidad de los Andes, 2009, 292 p.
Frédérique Langue
Autor de varios libros sobre temas de política latinoamericana y de La Transición Venezolana. Aproximación al fenómeno Chávez (2002), A. Ramos Jiménez ubica de entrada su última entrega en el acérrimo debate acerca de la naturaleza del régimen político de Hugo Chávez, del proyecto de sociedad que conlleva, y de su contrastado y azaroso manejo de los principios democráticos comúnmente reconocidos. Al insistir con sobrada razón en el hecho de que la Venezuela de hoy es uno de los principales o incluso el principal laboratorio sociopolítico de comienzos del siglo en el continente latinoamericano, aboga asimismo por una política "interpretativa" y funda buena parte de su argumentación en el análisis de la quiebra de las instituciones, del ocaso del sistema de partidos y de una malograda democracia representativa (bipartidismo dominante desde el Pacto de Punto Fijo y la caída de la dictadura, 1958). Resalta asimismo los elementos que propiciaron el auge del movimiento bolivariano y de su líder, y más precisamente el desencanto y la desilusión generados por las formas de la democracia representativa, la dimensión antipolítica de su discurso y por lo tanto la denuncia de la "partidocracia", que encontró bastantes ecos en el electorado, junto a la reivindicación (hasta los primeros años de gobierno) de la democracia participativa.
Una de las problemáticas fundamentales del libro radica en el análisis del "liderazgo carismático y plebiscitario" y de sus actores sociales: a diferencia de otras interpretaciones centradas en el fenómeno populista, la opción elegida por A. Ramos Jiménez pone de relieve la acción de un "gran desarticulizador", en relación obviamente con el punto anteriormente señalado (contexto social dominado por la antipolítica y un liderazgo plebiscitario que fundan la "ilusión neopopulista"), la obtención de recursos — junto a la consabida movilización del "pueblo" — para llevar a cabo el mencionado "proyecto de poder personal con corte militarista". El segundo punto clave de la argumentación es el desmantelamiento — en lo institucional, y a partir del fracasado golpe de Estado de abril de 2002 — de una cuestionada democracia bipartidista, de cuarenta años de "democracia corrupta" que dio pie a nuevas formas de participación política (liderazgo "popular" de Chávez versus élites corruptas del "antiguo régimen"), de marcado corte neopopulista. Tercer aspecto desarrollado por el autor: el "autoritarismo electoral", dicho de otra forma, la creación de un andamiaje institucional que posibilita la parcialización controlada de la organización de los comicios (con el apoyo de organizaciones afines de partidarios debidamente movilizados) y de la participación de los votantes, con vistas a la (re)legitimación reiterada del gobierno representativo de la Revolución Bolivariana y, más adelante, del "Socialismo del siglo XXI". Las desavenencias y hasta oposiciones y cuestionamientos internos (fracaso del modelo de partido único del PSUV confrontado a la oposición del PCV o de PPT por ejemplo, y al rechazo de un funcionamiento militarizado, salida o postura abiertamente crítica y adversa al gobierno de figuras notables de los primeros tiempos de la "Revolución") apuntan hacia esa disyuntiva entre las dos izquierdas señaladas por Teodoro Petkoff y otros más, una de corte democrático ejemplificada en la acción del presidente brasileño Lula da Silva, y otra, de resabios autoritarios, encarnada en el modelo castrista y en los atisbos de poder personal chavista.
En este sentido, el manejo de las tres variables — liderazgo, partidos y elecciones — le permite identificar una nueva relación de poder fundada inicialmente en un pluripartidismo polarizado, apreciar la "calidad" y por lo tanto la "incertidumbre" de la democracia in situ y definir las etapas del singular liderazgo protagonizado por el teniente-coronel Hugo Chávez Frías, de "popular mesiánico" a la "revolución pacífica y democrática" del candidato atípico en las elecciones presidenciales de 1998 y de los primeros años de gobierno, a la legitimación por la vía electoral (liderazgo plebiscitario) para desembocar en el autoritarismo y el "desgobierno" del proyecto revolucionario de los últimos años (gobierno sin consenso).
El capítulo dedicado al "momento electoral bolivariano" resulta de sumo interés en la medida en que desentraña los mecanismos electorales y constitucionales (desde el proceso constituyente de 1999) que llevaron al "populismo del siglo XXI": primeras elecciones presidenciales de 1998, ratificación de la Constitución Bolivariana en 1999, sucesivas relegitimaciones con las "mega-elecciones" del año 2000, el controvertido referendo revocatorio de 2004, y las elecciones presidenciales de diciembre de 2006, sendos productos in fine de un autoritarismo electoral consolidado y de una democracia plebiscitaria plasmada en las instituciones y sobradamente beneficiada por el escaso arraigamiento de los nuevos partidos y de la oposición. Se plantea también la cuestión del "triunfo político" del proyecto bolivariano en su expresión radicalizada ("Socialismo del siglo XXI"), ante el relativo desgaste electoral del partido oficialista y de la clase política "emergente" que lo acompañó. Del desgaste de un modelo alternativo tanto a nivel nacional como continental no padece mayormente la figura de un líder mediático todavía, para aquel entonces, encumbrado en los sondeos de opinión y portador, de cierta forma, de un populismo revolucionario sui generis heredero a la vez del personalismo político criollo y de la búsqueda del "poder total " a contracorriente sin embargo del proceso de democratización y de transformación social del continente en los albores del siglo XXI. En este sentido, la referencia populista/populista revolucionaria no es ningún anatema como lo subraya el autor, sino una manera de no pasar "por encima de la naturaleza específica de la movilización popular que, en uno u otro país, obedece a relaciones de fuerzas singulares orientadas hacia un necesario cambio de régimen" ante los excesos del neoliberalismo.