Soluciones para la algunos problemas de las universidades españolas
Todos somos conscientes de la situación en la que se encuentra la universidad en España. Esta mañana, entre compañeros del trabajo, repasábamos algunos de sus problemas y comentábamos los niveles de exigencia tan bajos que percibíamos.
Les he hablado de un artículo ya escrito hace varios años por Rafael Domingo Oslé, catedrático de la Universidad de Navarra e investigador de un instituto de Nueva York, y que me pareció muy acertado en sus planteamientos. Creo que sigue siendo de actualidad y por ello lo traigo a este blog.
Su artículo plantea varias ideas interesantes para mejorar nuestro sistema universitario. Se llama En busca de otra universidad y entresaco dos de ellas:
1ª idea: “En mi opinión, así como la universidad americana no se entiende sin la alemana, la universidad española no debería entenderse, en las próximas décadas, sin la americana. Ha llegado el momento de que decenas de miles de jóvenes españoles, aprovechando la crisis y la falta de empleo, marchen a los Estados Unidos por largas temporadas para formarse y trabajar en las mejores universidades y regresar, ya maduros, a España con el propósito de regenerar nuestras aulas. Hacer esto posible es el mejor servicio que los bancos e instituciones financieras pueden prestar a la universidad española. Pienso que cambiaría sustancialmente nuestra universidad si se exigiera, como requisito para ser profesor, un doctorado en una prestigiosa universidad extranjera, preferiblemente norteamericana, y se reservaran nuestros programas de doctorado exclusivamente para alumnos extranjeros (latinos, europeos, chinos, etc.). Esta sencilla medida mejoraría sustancialmente el sistema universitario español en un espacio de tiempo relativamente corto por cuanto los jóvenes profesores nacionales y extranjeros contratados como docentes gozarían en todo caso de una doble titulación: una española y otra extranjera. Esta medida además permitiría convertir nuestras universidades en centros totalmente bilingües (ingles y español), que es tanto como decir mínimamente competitivos, y contribuiría de manera eficiente a revitalizar, a la larga, nuestra preciosa tradición universitaria. Apostemos, pues, por lo que se podría denominar “la generación del hatillo”, una generación de jóvenes profesores universitarios todos ellos formados fuera de España con el fin de regenerar España.”
Luego habría que recuperar a estos jóvenes, claro, y todo su conocimiento aprendido con contratos que les compensaran. Lo hicieron los alemanes. Y no les fue mal.
2ª idea: “En los Estados Unidos, hay universidades excelentes, buenas, mediocres y malas. Por eso, lo que jamás se ha pretendido es uniformar el sistema universitario americano igualando por arriba y exigiendo que todas las universidades vayan al mismo paso. El sistema universitario español mejoraría sustancialmente si, siguiendo el modelo americano, se potenciaran, con una estrategia perfectamente planificada, unas pocas universidades (públicas y privadas) hasta conseguir que se conviertan en centros de referencia mundial. ¡Necesitamos nuestro Harvard español! Por puro mimetismo, estas universidades se encargarían, con el tiempo, de tirar con fuerza de las demás logrando mejorar el sistema en su conjunto. “
Paz Sánchez Baíllo
Biblioteca de la Escuela Politécnica Superior