Los Gestores de Referencias, nuestro aliado

La semana pasada, el CRAI Antonio de Ulloa impartió dos cursos sobre gestores de referencia, concretamente Mendeley y EndNote Basic. En estos cursos intentamos, ante todo, mostrar todas las funcionalidades y ventajas de estas herramientas tan importantes para la investigación.

Los gestores de referencia permiten llevar a cabo más o menos – con leves diferencias entre los existentes en el mercado – las siguientes funciones:

  • Crear una cuenta personal para alimentar tu propia base de datos bibliográfica.
  • Organizar los documentos en carpetas o grupos.
  • Formatear bibliografías sencillas o un manuscrito completo incluyendo las citas en el texto.

Hoy en día es casi obligatorio en el entorno académico el uso de un gestor, principalmente porque el tiempo es oro y nos va a ahorrar mucho trabajo en nuestra investigación. En este sentido, podemos destacar dos usos generales: por un lado, la gran ventaja de no tener que realizar de forma manual el trabajo de citar y referenciar y por otro, el gestor nos va a ayudar a organizar nuestro trabajo intelectual gracias a otras funcionalidades como almacenar textos completos, buscar referencias en nuestra propia base de datos, añadir notas de investigación, etc.

La elección de un gestor u otro puede venir motivada por nuestras necesidades académicas concretas o por la propia tecnología. No obstante, lo más importante es que aprender el uso de un gestor supone adquirir mecanismos de trabajo o competencias básicas que nos permitirán incluso en un momento dado cambiarnos de uno a otro si dichas necesidades también cambian e incluso utilizar más de uno, si nuestra agenda – ya bastante apretada – nos lo permite.

El bibliotecario temático tiene la enorme responsabilidad de adiestrar y alentar al usuario en su uso, para que lo más rapidamente posible convierta Mendeley o EndNote Basic en una herramienta habitual de trabajo, al mismo nivel de otras que usamos a diario como el correo electrónico, una hoja de cálculo o el procesador de textos.

En próximos posts, analizaremos ambos gestores – Mendeley y EndNote Basic – para orientar y sobre todo animar a su uso porque como todos sabemos Tempus Fugit.

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