El alquimista impaciente
Es la versión cinematográfica del libro homónimo de Lorenzo Silva, ganador del Premio Nadal. Esta película española de intriga fue nominada a mejor actor revelación y dirección artística en la XVII edición de los Premios Goya de 2002. Es el segundo largometraje de la directora Patricia Ferreira, después de su exitosa “Sé quién eres” en el 2000.
El sargento de la Guardia Civil Bevilacqua (Roberto Enríquez) y su subordinada, la guardia Chamorro (Ingrid Rubio), son los encargados de resolver un caso de doble asesinato: La peculiar muerte, tras una noche de juerga en un motel de carretera, de Trinidad Soler, el ingeniero de una central nuclear, casado (Adriana Ozores) y con hijos, así como la muerte de la prostituta que lo acompañaba, cuyo cadáver, medio comido por los lobos, es encontrado en un bosque de montaña tres meses después.
La pareja protagonista afianza su relación personal conforme su trabajo se va complicando. Buscan a los culpables tratando de explicar por qué la víctima es capaz de jugar con fuego hasta quemarse, comportándose como un alquimista impaciente. La investigación termina mostrando un retrato irónico y descarnado de la sociedad.
Según la directora: “cuando se ve la realidad, es peor de lo que habíamos imaginado, y lo estamos viendo estos días, no sólo en España, sino en toda la sociedad occidental, en la que el valor fundamental es el dinero y vemos que gente honorable de la que no teníamos sospechas se corrompe”.
“El alquimista impaciente” es, en definitiva, una historia de muerte y corrupción, narrada sin estridencias, muy recomendable para amantes del género policíaco, pero con trasfondo de crítica social.
Autora del texto: Beatriz Sanz