“Komplett Kafka”: Exposición organizada por el Instituto de Idiomas con motivo del centenario de la muerte del escritor.

Por Helmut Fricke del Área de Alemán del Instituto de Idiomas de la Universidad de Sevilla.

Qué idea tan ingeniosa tuvo el dibujante e ilustrador de cómics austriaco Nicolas Mahler (nacido en 1969) al representar la vida y la obra de Kafka en una versión abreviada, con sencillas figuras de líneas, para el centenario de su muerte.

Kafka, cuyas mundialmente famosas obras han quebrado la cabeza de cientos de profesores de literatura y que han generado constantemente nuevas interpretaciones e intentos de análisis. Kafka, cuya obra ha sido fuente e inspiración para decenas de películas, obras de teatro y producciones musicales, y lo sigue siendo hasta hoy en día. Mahler aborda la vida y la escritura de Kafka con sus dibujos, comentarios ocurrentes, junto con las siempre cursivas citas del escritor praguense de lengua alemana, en un pequeño librito titulado Komplett Kafka, de menos de 120 páginas.

Este libro de Mahler, forma la base de la exposición homónima, creada por el Goethe Institut y la Literaturhaus de Stuttgart, y que el Área de Alemán del Instituto de Idiomas ha traído a Sevilla y, hasta el hasta el 3 de noviembre, se puede visitar en la Sala de Navegación (1ª planta) del CRAI Antonio de Ulloa

Se trata de 20 carteles en los que podemos admirar el talento de Mahler recreando momentos tanto de la obra como de diferentes facetas del personaje complejo y complicado de Kafka.

Pero volvamos brevemente al libro, ¡el comienzo por sí solo es una representación fantástica y genial! Y naturalmente, inventado, como admite Mahler con un guiño. El rabino Löw (fallecido en 1609), el rabino más famoso del célebre gueto judío, quien según la leyenda creó de barro al mítico Gólem, una criatura con fuerzas primordiales que debería haber ayudado al pueblo judío en situaciones difíciles, crea más de 200 años después, a partir del mismo material, a Hermann Kafka, el padre tosco, robusto y perpetuamente malhumorado de Franz. Apenas 31 años después, en 1883, el rabino encuentra, mientras limpia su casa, un pequeño bulto de barro seco y triste que había sobrado. No quiere desecharlo y, con el poco material restante, moldea a Franz Kafka, un ser larguirucho y extremadamente delgado.

¡Pobre Franz!, durante toda su vida sufre por su cuerpo delgado, con el que nunca está satisfecho, lo cual hace explícito en la famosa Carta al padre, un manuscrito de 100 páginas que nunca llega a leer el destinatario, pero sí millones de lectores después de la muerte del autor. Pero no es solo su físico lo que representa un problema para el joven Franz, sino también su ropa, y en general toda su juventud estuvo plagada de miedos y cuestiones existenciales. No puede ni quiere cumplir con las expectativas de su padre de unirse al negocio familiar y, eventualmente, hacerse cargo de él.

Estudia Derecho y finalmente trabaja para una compañía de seguros contra accidentes, un trabajo que no le agrada pero que le asegura su sustento. Solo en la literatura se siente a gusto, a la que se dedica en su tiempo libre, a menudo bajo circunstancias molestas, como el constante golpear de puertas en la casa familiar. “Estoy sentado en mi habitación, en el cuartel general del ruido de toda la casa”. También con sus escritos a menudo se siente insatisfecho y duda de su sentido.

Sin embargo, calificar a Kafka como una persona con tendencias maníaco-depresivas no le haría justicia. Disfruta mucho yendo al cine, a menudo con su amigo Max Brod, tiene sentido del humor y le escribe a su prometida, Felice Bauer, que es un gran amante de la risa.

Merece una mención especial su extraña y complicada relación con las mujeres, quienes por un lado ejercían una gran atracción sobre él, pero por otro lado, las juzgaba con mucho escepticismo, especialmente en lo que respecta a su apariencia. Dos compromisos con Felice Bauer y uno con Julie Wohryzek, junto con varias otras relaciones amorosas, marcan su vida. Al final de su existencia, también estuvo acompañado por una mujer, Dora Diamant.

Aparte de estas circunstancias vitales, la exposición “Komplett Kafka” presenta también varios carteles relacionados con sus obras más conocidas, como “El veredicto“, “La metamorfosis“, “El proceso” o “América (El desaparecido)“, ofreciendo así una representativa y atractiva visión general del libro.

Autor de la reseña: Helmut Fricke, profesor del Área de la Alemán del Instituto de Idiomas

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