Santiago Apóstol, único patrón de España

Con motivo de la próxima celebración de la festividad de Santiago Apóstol, el 25 de julio, publicamos esta entrada desde el Fondo Antiguo y Archivo Histórico de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla.

La invención de la imprenta a mediados del siglo XV comportó una revolución en muchos ámbitos, entre ellos el de la difusión de las noticias. Tal y como explican Natalia Maillard Álvarez (Universidad de Sevilla) y Pedro Rueda Ramírez (Universidad de Barcelona) en su trabajo sobre las relaciones de sucesos en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, la ciudad de Sevilla, al igual que otras ciudades de época moderna, generó y consumió gran cantidad de noticas gracias a las numerosas imprentas que publicaban estas relaciones. Cabe definir las relaciones de sucesos como pequeñas crónicas en las que alguien da noticia de algún acontecimiento del que ha sido testigo o ha conocido a través de otras fuentes y que a menudo adopta el género epistolar.

Un ejemplo que contiene el catálogo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla a ellas dedicado es la que nos ocupa en esta noticia del blog: Relacion de la solemnidad con que en la Santa Iglesia de Sevilla, se publicò el breve de su Santidad, en favor del Patronato, unico, y singular de España del glorioso Apostol Santiago. Dicha relación nos ha dejado el testimonio de los festejos que la Catedral de Sevilla celebró con motivo de la publicación del breve del papa Urbano VIII “en favor del patronato único y singular de España del glorioso Apóstol Santiago”.

Santiago de Zebedeo o Santiago el Mayor, más conocido como Santiago Apóstol, se convirtió en un símbolo de los reinos cristianos de la península a raíz de la victoria en la batalla de Clavijo en 834, en la que las tropas de Ramiro I derrotaron a los musulmanes gracias a la aparición del santo. Posteriormente, en 1486 los Reyes Católicos afianzaron su patronato encomendando a Santiago la conquista de Granada, al mismo tiempo que confirmaron los privilegios reales de la catedral compostelana, incluido el Pergamino del Voto de Santiago que contenía el relato de la mencionada batalla.

Santiago Apostol

No obstante, a la altura de 1618, a petición de los carmelitas descalzos, el rey Felipe III, apoyado por las Cortes de Castilla, impuso a Teresa de Ávila como compatrona al lado de Santiago, con la intención de reforzar su soberanía, los intereses de la monarquía y su propia imagen como defensor de la fe. Pronto, las instituciones vinculadas a la tradición jacobea mostraron su oposición a la decisión real, poniendo en duda si el rey en Cortes podía elegir patrón, si los procuradores podían intervenir en asuntos eclesiásticos y si Teresa podía ser patrona siendo beata. Como resultado, las Cortes se retractaron y Felipe III decidió suspender las gestiones ante el papado.

Una vez elevada Santa Teresa a los altares, en 1626 Felipe IV remitió a las Cortes su voluntad de proclamarla de nuevo como compatrona, lo que el papa concedió el 21 de julio de 1627. La bula hizo a la santa patrona de España “in universa hispaniarum regna” y, para celebrarlo, el rey mandó hacer fiestas y sermones.

Por su parte, el frente jacobeo liderado por el cabildo y el arzobispo de Santiago, así como por Quevedo, quien redactó en 1628 el Memorial por el patronato de Santiago y Su espada por Santiago, emprendió una lucha que desembocó, finalmente, en la publicación el 23 de marzo de 1630 del decreto papal sobre la elección de patronos para evitar conflictos. Al mismo tiempo, la Congregación romana para la reforma del breviario restituyó el carácter universal e histórico de la tradición de Santiago, lo que permitió al papa Urbano VIII convertir al santo en el patrono único de España.

Tal y como se narra en la relación de sucesos, la Catedral de Sevilla celebró la publicación del breve “en favor del Patronato, único, y singular de España del glorioso Apóstol Santiago” (h. 1) con gran solemnidad. Los festejos tuvieron lugar de sábado a domingo entre lujosos decorados como el estandarte que colgó de la torre de la iglesia “pintada en el una imagen del glorioso Apostol, en un caballo blanco, con espada en la mano, qual se nos representa en [l]as apariciones que le dibuxan las historias” (h. 1).

La noche del sábado, la torre se llenó de luces, se hicieron luminarias y también se dispararon fuegos artificiales, al tiempo que sonaban las campanas y la música de menestriles y trompetas.

El domingo, con asistencia del Cabildo de la ciudad “sin faltar otra persona q[ue] a las q[ue] estorvo, o impedimento grande escusó su asiste[n]cia” (h. 2), así como de todas las parroquias de la ciudad, se celebró una solmene procesión. También tuvo lugar una misa, seguida de una predicación a cargo del doctor Lucas de Soria, canónigo de la Catedral, el cual, según el escritor de la relación, dejó al público asistente “tan satisfecho, como aficionado al assumpto, de reconocimiento al cielo por el favor presente; y al santo por este, y los demás que se le deven” (h. 3). Al finalizar la ceremonia religiosa, se lanzaron flores y sonaron de nuevo los instrumentos musicales al son de los cuales hubo danzas.

Para saber más:

Procedencia de las imágenes:

Autor de la noticia: Judith Tirado Juanuix

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