Se expone en Cajasol el manuscrito de la Regla de la Cofradía de la Vera Cruz de la Biblioteca de la Universidad
Fechado en 1634 y profusamente iluminado por Juan de Herrera, se trata de uno de los manuscritos más notables que atesora la Biblioteca universitaria.
Se puede ver hasta el próximo 22 de marzo en la Sala Vanguardia de la Fundación Cajasol (C/ Álvarez Quintero, s/n) con motivo de la exposición “Cien años para soñar un día: centenario del Lunes Santo en la Semana Santa de Sevilla“.
El manuscrito A 331/224 de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla es una copia solemne de la Regla de la Cofradía de la Santísima Vera Cruz de Sevilla que conserva la primitiva encuadernación y está formado por 57 folios de pergamino bien curado de 282 x 192 mm, dimensiones similares a las de otras reglas de hermandades sevillanas de la época.
El volumen comprende siete cuadernillos regulares de cuatro folios cada uno (cuaterniones). Cada página tiene veintitrés renglones escritos en letra gótica textual redondeada.
Como explica la catedrática de universidad, Teresa Laguna Paúl, la copia fue realizada por Juan Camacho, “escritor de libros” de la Catedral de Sevilla de gran prestigio, en 1627 y posteriormente la Hermandad encargó la iluminación a Juan de Herrera, hermano de Francisco de Herrera, el Viejo, uno de los iluminadores de libros más conocidos en la ciudad.
Comparando esta obra con otras conservadas del mismo periodo llama la atención su riqueza artística, no sólo por su calidad y número de páginas iluminadas sino por las iniciales con santos, que destacan cada uno de los capítulos.
Iniciales de los primeros capítulos:
Todos los folios, menos las páginas llenas, están decoradas con un marco miniado con decoración aurífera realizada a pluma sobre fondo carmín, que resalta decorativamente el texto escrito a línea tirada.
Su estilo tiene marcados rasgos tardomanieristas, al estilo de la pintura sevillana contemporánea, y, al igual que en la portada que realizó para la obra de Antonio Zapata Nouus Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, evidencian la influencia de la obra de su hermano Francisco de Herrera, el Viejo.
La iluminación está realizada al temple siguiendo el método que Francisco Pacheco denomina “segundo modo de iluminar o antiguo” caracterizado por el empleo de carnaciones al natural, cubriendo totalmente la vitela y realzando las formas con colores de poco cuerpo. Juan de Herrera utiliza una gama cromática variada con colores intensos, contrastantes, que potencian el movimiento de las figuras cuyos volúmenes consigue mediante sombreados violentos o también por gradaciones tonales en otras ocasiones.
En el frontispicio de la Regla Juan de Herrera planteó una doble tarja manierista de vivo colorido atendiendo así a las estipulaciones del contrato, “primeramente una tarja….”. Para la cartela copia una estampa realizada por Francisco de Herrera en 1627.
La influencia de Francisco de Herrera la encontramos también en otras páginas, como en la imagen del crucificado del folio 1v, donde copia directamente la figura de la mencionada estampa de Francisco de Herrera con los únicos cambios de modelar con color la imagen de Cristo y sustituir la cruz plana por una arbórea.
En el folio 2 se representa la imagen de la Inmaculada Concepción, rodeada de una orla en la que se muestran sus atributos inscritos en tarjas y dispuestos sobre paisajes idealizados, entre los que hay que destacar el fondo arquitectónico del “Espejo sin mancha” y “Pozo de aguas vivas”, en el que se evoca la Giralda como símbolo de la “Ciudad de Dios”.
En el folio 2v se muestran bajo el emblema de la institución a las doncellas que dotaba el Patronato de esta cofradía ataviadas con la misma vestimenta que llevaban en las procesiones solemnes.
En el siguiente folio, en consonancia con el carácter mariano de la obra, el iluminador representó en la invocación de esta regla una inicial historiada con la natividad de la Virgen rodeada por una espléndida orla vegetal.
Las iniciales que abren los capítulos son composiciones vegetales de corte manierista, que se pueden encontrar en otras obras sevillanas desde finales del siglo XVI, aunque la inserción de cabezas de querubín y la carnosidad de sus elementos vegetales hay que atribuirlas a Juan de Herrera.
Esta obra ha sido digitalizada dentro del proyecto de digitalización que lleva a cabo la Biblioteca y puede consultarse y descargarse libremente desde su Portal de Fondos Digitales: https://archive.org/details/A331224
Bibliografía:
Laguna Paúl, Teresa: “El Manuscrito y Sus Artífices”. En: Regla de la Cofradía de la Santísima Vera Cruz. Universidad de Sevilla. Fundación el Monte. 1999. ISBN 84-89777-61-6.
Laguna Paúl, Teresa: “Juan de Herrera y las Reglas de la Cofradía de la Vera-Cruz. Una contribución al estudio de la miniatura sevillana del siglo XVII“. En: Laboratorio de arte, 8, 127-156. 1995.
