De cómo Sevilla combatió las epidemias del siglo XIX
El Archivo Histórico Provincial de Sevilla inaugura una exposición sobre la lucha contra las epidemias de la fiebre amarilla y de cólera morbo.
La exposición puede verse hasta el 26 de febrero en horario de 9 a 14 h., de lunes a viernes.
Los documentos seleccionados abordan las consecuencias de estas epidemias, la de la fiebre amarilla, de 1800, y la de cólera morbo, de 1833 y brotes de años sucesivos, y las medidas que tomaron las autoridades sanitarias para paliar sus efectos a través de testimonios procedentes de la Escribanía de Guerra, la Fábrica de Tabacos y la Real Audiencia de Sevilla.
Ante la urgencia sanitaria las autoridades pronto tomaron medidas higiénico-preventivas con la intención de evitar la propagación de la enfermedad y se crearon las Juntas de Sanidad. Se prohibieron los enterramientos en las iglesias y se habilitaron hospitales.
Debido a los avances de la enfermedad, se prohibió la comunicación entre barrios y ciudades contagiados y se controlaron los accesos. Se prohibió la entrada de toda persona con muebles y ropas procedentes de los barrios de contagiados que no presentaran la correspondiente fe de sanidad, que era utilizada para demostrar que no se padecía enfermedad contagiosa. Además de contar con este documento, las personas procedentes de zonas contagiadas debían guardar la debida cuarentena en el lazareto instalado extramuros de la ciudad.
Ambas epidemias sirvieron para implementar preceptos higienistas en España y propiciaron una mayor concienciación, tanto en los sectores médicos como políticos, por la salubridad, la sanidad y el sistema sanitario.
Como dice el propio Archivo, “los documentos conservados en nuestros archivos sirven, una vez más, para constatar hechos del pasado, entender y comprender mejor el presente y poder afrontar con más conocimientos el futuro.”
Sobre estas epidemias también podemos encontrar pequeños vestigios en los documentos que conservamos de la época en el Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla. Así, en el libro de matriculaciones de Cánones, en la hoja correspondiente al año 1800, encontramos la siguiente anotación: “Este curso no principió al tiempo acostumbrado y difirió a causa de la epidemia que por entonces padecía esta ciudad y pueblos de la provincia“. Efectivamente, este curso no comenzó hasta enero de 1801.
Fuente de la imagen de portada: El País.
Más información: web del Archivo Histórico Provincial de Sevilla