La estatua de Fibonacci sita en el Camposanto Monumentale anexo a la catedral y la célebre torre inclinada de Pisa, posee un rostro más meditabundo que pensativo; las ojeras marcadas y el tenso rictus dejan entrever un sí es no es de sufrimiento concentrado. La estatua no es contemporánea de Leonardo de Pisa, el célebre comerciante y matemático del siglo XIII al que tanto debe la difusión de los números hindú-arábigos por Europa, sino siete siglos posterior y su rostro no es el rostro de Fibonacci, porque no ha quedado testimonio histórico de cómo fuera este. La estatua es obra del escultor florentino Giovanni Paganucci, fue erigida en 1863 en el viejo cementerio pisano. En el rostro de la escultura se aprecian las cicatrices de una vida azarosa, aunque la crueldad de ese azar queda acaso mejor retratada en las manos de la escultura, mutiladas ambas de sus dedos.
La estatua de Leonardo de Pisa, esa estatua que no carga en su rostro con los rasgos olvidados de Fibonacci, soporta en cambio todo el dolor que las guerras del siglo XX europeo fueron capaces de infligir incluso a las estatuas.
La estatua de Fibonacci fue mudada en 1926 del camposanto a un céntrico lugar de Pisa por los correligionarios de Mussolini (foto der.); en el pedestal añadieron una frase: «Del Olvido a la Gloria por la Voluntad Fascista».
Ese lugar quedó casi convertido en escombros cuando en 1944 la tropas aliadas liberaron Pisa de los alemanes (foto izq.). La estatua, aunque dañada, logró sobrevivir; testigo desde su podio de la muerte y la destrucción, acaso fuera entonces cuando ese rictus de dolor concentrado se marcó en sus rasgos y cuando afloró de sus entrañas pétreas esa honda tristeza que le cruza el rostro.
La estatua de Leornado de Pisa, esa que nunca llevó en su cara la fisonomía perdida de Fibonacci, conoció después el olvido de un depósito municipal y la cirugía de varias reparaciones, para acabar retornando al silencio pausado del cementerio.
Bibliografía
Antonio J. Durán, Vida de los números, T Ediciones, Madrid, 2006.
Leonardo de Pisa es y será recordado por su grandes aportes a la ciencia. Saludos