El comportamiento humano no es reducible a matemáticas (por P. Griffiths)

 

Griffiths recibe la medalla Chern en el ICM de 2014 de manos de la presidenta coreana Park Geun-hye (condenada hace unas semanas a 24 años de prisión por unas cosillas de tráfico de influencias).

Phillip Griffiths es un matemático con una brillantísima trayectoria. Ha sido profesor en las universidades de Berkeley, Princeton, Harvard y Duke, y fue director del prestigioso Institute for Advanced Study de Princeton de 1991 a 2003, y ganador de premios tan prestigiosos como el Wolf (2008) o la medalla Chern (2014). También trabajó para el Banco Mundial en una ONG que promueve la ciencia en países en vías de desarrollo. En 2000, en una entrevista que le realizó la periodista Mónica Salomone para El País, auguró que el nuevo siglo sería una época dorada para las matemáticas, especialmente por su capacidad para lidiar con lo incierto, y sus crecientes éxitos en ámbitos como la medicina, la biología y las ciencias sociales (lee la entrevista aquí). En la entrevista, Griffiths matizó cuidadosamente qué podían y qué no hacer las matemáticas en esos ámbitos. Por ejemplo, tras afirmar Griffiths: «No se puede modelizar el comportamiento de una persona, pero sí el de una población», la periodista cuestionó: «Ustedes predicen…», a lo que Griffiths respondió: «No, no predecimos. Sólo decimos que si la gente se comporta en el futuro como en el pasado, entonces los tipos de interés harán esto o lo otro. Pero la gente es impredecible, afortunadamente». Y añadió:

 

El comportamiento humano no es reducible a matemáticas.

A pesar de lo cual, Griffiths sí se atrevió a predecir algo sobre el comportamiento de los matemáticos: «¿Acabarán los matemáticos haciéndose ricos con sus modelos?», preguntó la periodista. A lo que Griffiths respondió: «Huy, no tenemos el temperamento adecuado… Eso lo dejamos para los economistas».

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