La canciller alemana Angela Merkel explicó la semana pasada en rueda de prensa la importancia que tiene la tasa de reproducción del coronavirus en el control de la epidemia, y cómo incrementos pequeños podrían hacer que el sistema sanitario colapsase en breve tiempo. Lo que hizo la canciller Merkel en su rueda de prensa fue un uso ejemplar de matemáticas básicas para trasladar a la opinión pública el poco margen de maniobra que deja la epidemia, y la necesidad de actuar con extremada prudencia. Uno tiende a pensar que este tipo de explicaciones matemáticas deberían de estar al alcance de cualquier político que haya realizado el bachillerato, aunque basta ver las comparecencias de otros mandatarios nacionales e internacionales para darse cuenta de que eso quizá sea mucho suponer. La soltura que mostró la canciller Merkel con sus explicaciones matemáticas seguro que tuvo que ver con su licenciatura en física y su doctorado en química cuántica.
Merkel explicó que el aplanamiento de la curva de la epidemia en Alemania se debe a que la tasa de reproducción, el número medio de infectados que causa cada infectado en el curso de la infección, se sitúa ahora en el 1. Pero advirtió de que de subir al 1’1, las unidades de cuidados intensivos se saturarían en Alemania en octubre; si se subiese al 1’2 (tan sólo un 20% más que la situación actual, advirtió Merkel), la saturación llegaría en julio, y en junio si se llega al 1’3. «Así que se puede ver el poco margen que tenemos», y, citando al alcalde de Hamburgo, Merkel aseguró:
Porque caminamos sobre hielo delgado,
y remachó: «Tenemos que ser cautos y no pecar de exceso de confianza».
Puedes ver la explicación completa aquí:
Los alemanes llevan haciendo tests masivamente desde que tuvieron el primer caso, para detectar temprano a los posibles infectados. Así han podido controlar la epidemia hasta ahora y pueden saber con bastante seguridad el ratio de infección, que además es una ratio baja porque hacen muchos tests, incluso a asintomáticos.
En España es imposible saber esa ratio porque se han hecho pocos tests, sólo a personas que ya tenían síntomas (y no a todas) y a sus familias (no siempre). Pero no se han hecho tests exhaustivamente a otros cercanos a los contagiados, y mucho menos aleatoriamente a la población en general.
Así que si los alemanes andan sobre hielo fino, aquí andamos sobre papel de fumar y cualquier medida que tomen los políticos para «desescalar» será más una decisión a ciegas que basada en datos fiables.