Delantal:
«Lázaro, engañado me has. Juraré yo a Dios que has tú comido las uvas tres a tres.»
«No comí -dije yo- mas ¿por que sospecháis eso?»
Respondió el sagacísimo ciego: «¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas.»
El Lazarillo de Tormes es una obra atemporal. Fragmentos como el que citamos ilustran actitudes en las que reconocemos casi quinientos años después a políticos, personajes públicos de todo tipo y a la protagonista del divertimento. Estos comportamientos no son censurados por todos; hay quien los aplaude, quizá esperando la connivencia de los demás cuando llegue la ocasión de barrer para casa.
La otra cara de la moneda de la picaresca es la desconfianza.
El European Social Survey de 2014 cifra por encima del 60% el porcentaje de españoles que no confía en los demás. El último eurobarómetro arroja datos igualmente preocupantes: el 91% de los españoles desconfía de los partidos políticos, el 58% de la administración pública y el 55% del sistema judicial. Por supuesto, esta desconfianza de los ciudadanos hacia los organismos públicos es recíproca, como si la norma fuera que los usuarios y empleados de estos servicios tratáramos de engañar en cada trámite. Piense en su ministerio, consejería o universidad predilecta, y en esa ocasión en la que la documentación aportada para acreditar determinada circunstancia fue desestimada de forma incomprensible.
Divertimento:
Una comerciante vende arroz utilizando una balanza que tiene un brazo más largo que otro y una única pesa de 1 kg.
Para no levantar sospechas cambia la pesa de lado después de cada venta, usando a su favor el defecto en la balanza en la primera operación de cada día. Así -se dice a sí misma- si en una mañana vendo 10 kg de arroz no obtengo ningún beneficio adicional, pero si vendo 11 kg gano algo en la última operación. No es gran cosa pero tampoco está bien ser muy avariciosa, y el negocio no va tan mal: todos los días vendo algo de arroz.
Hay días en los que, efectivamente, esta artimaña no le proporciona beneficio o pérdida alguno. Demostrar que la razón entre las longitudes de los brazos de la balanza es un número racional.
Solución:
Envía tus soluciones, hasta el domingo 30 de mayo, a la dirección ‘divertimentos-blog-imus(arroba)us.es’. La solución aparecerá el miércoles 2 de junio. Recuerda no dejar pistas en los comentarios hasta que no se publique la solución del problema.
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