Sobre lo que trata o no trata de hacer la ciencia: estética de los modelos (por J. von Neumann)

Modelo del mecanismo de implosión ideado por von Neumann para lograr la masa crítica en las primeras bombas atómicas de plutonio (fuente Wikipedia)

Teniendo en cuenta todo lo que se afirma sobre la ciencia o la cantidad de veces que se dice de algo que es “un hecho científico”, conviene tener en cuenta las reflexiones que sobre este asunto escribió John von Neumann en 1955 a cuenta algunas dificultades conceptuales surgidas tanto en relatividad como en mecánica cuántica. Von Neumann tituló a sus reflexiones “Method in the physical sciences” (se incluyeron posteriormente en el libro The Neumann Compendium, World Scientific. Singapore, 1995, páginas 627 a 634). De entre ellas extraigo las siguientes consideraciones que son bien interesantes: «Debemos enfatizar una afirmación que estoy seguro que habrán escuchado antes, pero que debe repetirse una y otra vez. Y es que las ciencias no tratan de explicar, ni tan siquiera tratan de interpretar, sino que su propósito principal es el de hacer modelos. Por modelo se entiende una construcción matemática que, con la adición de ciertas interpretaciones verbales, describe fenómenos observados. La única justificación de tal construcción matemática es precisamente que se espera que funcione, es decir, que funcione correctamente para describir fenómenos de un área razonablemente amplia. Además, debe satisfacer ciertos criterios estéticos, es decir, en relación a cuánto describe, debe ser bastante simple».
Von Neumann se detiene entonces sobre esto de los «criterios estéticos» (a los que en este Blog le hemos dedicado algunas entradas, tanto por su importancia en las matemáticas como en la física), para explicar: «Creo que vale la pena insistir en estos términos algo imprecisos; por ejemplo, en el uso anterior de la palabra “bastante”. Uno no puede decir exactamente cómo de “simple” es simple. Algunas de las teorías que hemos adoptado, algunos de los modelos con los que estamos muy contentos y de los que estamos muy orgullosos, probablemente no impresionarían por su simplicidad a alguien expuesto a ellos por primera vez. La simplicidad del modelo es en gran parte una cuestión de trasfondo histórico, de condicionamientos previos, de antecedentes, de procedimientos consuetudinarios, y es en gran medida una función de lo que se explica con el modelo. Si la cantidad de material que se explica sin ambigüedades, es decir, de lo que se explica sin agregar interpretaciones o comentarios, es sumamente extensa, si además ese material es muy heterogéneo, si uno ha explicado claramente un gran número de cosas en áreas muy diferentes, entonces uno aceptará una gran cantidad de complicaciones y una gran cantidad de desviación de la belleza estilística. Si, por el contrario, se ha explicado relativamente poco, se insistirá absolutamente en que debe hacerse al menos por medios muy simples y directos. Debo también insistir en que el criterio “mucho tiene que ser explicado”, tiene que ser aplicado con una buena dosis de sofisticación. De hecho, algunos de los matices de todos estos requerimientos deben ser apreciados intuitivamente».

Espero que las reflexiones anteriores sirvan para animar a leer el texto completo de von Neumann.

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