La certeza de las matemáticas —y también de la geometría— fue usada varias veces por Cervantes en El Quijote con valor ejemplarizante. Quizá el uso más explícito en este sentido lo puso en boca de Lotario en la novela del Curioso impertinente: a los moros «no se les puede dar a entender el error de su secta con las acotaciones de la Santa Escritura, […] sino que les han de traer ejemplos palpables, fáciles, intelegibles, demonstrativos, indubitables, con demostraciones matemáticas que no se pueden negar, como cuando dicen: “Si de dos partes iguales quitamos partes iguales, las que quedan también son iguales”».
Cervantes, que mostraba aquí ser a la vez tan platónico como aristotélico, daba por segura la fiabilidad indubitable de las matemáticas usando —errónea más que irónicamente— una sentencia más de la lógica que de las matemáticas: si se quitan partes iguales de cosas iguales, las que quedan son iguales, es frase recogida por Aristóteles varias veces en los Analíticos segundos como principio común.
Aunque más que a las matemáticas, la certeza cabía aplicarla por entonces a una sola de las disciplinas matemáticas: la geometría. El propio don Quijote hizo uso de la geometría como garante de fiabilidad de algo tan poco confiable como la existencia de gigantes: «También en la isla de Sicilia se han hallado canillas y espaldas tan grandes, que su grandeza manifiesta que fueron gigantes sus dueños, y tan grandes como grandes torres, que la geometría saca esta verdad de duda».
Referencias
Antonio J. Durán, Indubitables y necesarias o «con las matemáticas hemos dado, Sancho», en La ciencia y El Quijote, J.M. Sánchez Ron (editor), Crítica, 2005.
Nota: La imagen destacada corresponde a un fotograma del actor Fernando Rey protagonizando a Don Quijote en la serie de RTVE El Quijote de Miguel de Cervantes (1992).
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