El matemático. Ferran Sunyer i Balaguer nació en Figueras en 1912. Con veintidós años había alcanzado suficiente madurez matemática para mandar un artículo a la Academia de Ciencias de París, aunque no fue aceptado. Cuatro años más tarde otro artículo suyo sí fue aceptado en la revista de la Academia y apareció publicado en el año 1939.
En 1947 escribió un artículo en el que extendía un resultado de Jacques Hadamard sobre prolongación analítica de series de Taylor fuera del círculo de convergencia. Por mediación del matemático francés Szolem Mandelbrojt el artículo fue publicado en 1952 en la revista “Acta Mathematica”, que era, y es, una de las mejores revistas de matemáticas del mundo.
Una gran fuerza de voluntad fue una constante de su vida. En 1948 mandó un artículo al matemático Jean Favard. La respuesta no pudo ser más descorazonadora: los resultados eran conocidos. Sunyer estudió con detalle los trabajos que le remitió Favard y concluyó que no era cierto que los resultados estuvieran probados. Reescribió el artículo, que finalmente se publicó en 1949 en la revista de la Academia de Ciencias de París.
Por mediación de Mandelbrojt, Sunyer fue elegido miembro de la Societé Mathématique de France y se le ofreció el apoyo del Centre National de la Recherche Scientifique si se trasladaba a París.
Desde el final de la segunda guerra mundial los EE.UU. financiaban investigación matemática de alta calidad a través de los presupuestos militares. En 1961 Sunyer firmó un contrato anual con la Navy al objeto de investigar sobre “Aproximación de funciones por combinaciones lineales de exponenciales”. El contrato fue renovado anualmente hasta su muerte.
Hasta los años noventa del siglo XX Ferran Sunyer, en Barcelona, junto con Ricardo San Juan, en Madrid, eran los únicos matemáticos españoles con artículos publicados en la revista “Acta Mathematica”. La producción matemática de Sunyer es de las mayores entre los matemáticos españoles de la época. El historiador de la matemática Antoni Malet afirma que la actividad de Sunyer colocó a las publicaciones y las instituciones de Barcelona en el “mapa matemático internacional”.
La persona. Hasta aquí una historia de éxito científico. Pasemos ahora el foco a lo personal. Demos la palabra a Manuel Castellet, que fue director del Centre de Recerca Matemàtica de Barcelona:
“[Sunyer] viajaba en un coche especial (de aquella época), tetrapléjico de nacimiento, en su silla de ruedas –de la que sólo salía para dormir– con sus primas, María y Ángels Carbona, que le cuidaban en todo momento. Ferran Sunyer no escribía –no había podido escribir nunca–, hablaba con dificultad y no siempre era capaz de pasar las páginas de una revista. Y, sin embargo, ¡presentaba una comunicación al congreso!”.
Ferran Sunyer i Balaguer nació con una atrofia casi total del sistema nervioso, que no afectó a sus facultades intelectuales. Los médicos recomendaron que se le alejase de la tensión de la escuela y de los profesores, por lo que su madre se entregó a su educación. Toda su vida estuvo confinado a una silla de ruedas, que no podía mover por sí mismo. La movilidad de sus brazos era limitada, trabajaba de cabeza y dictaba notas. Leyó los libros de un primo suyo que estudiaba ingeniería química. Primero se interesó por la física y la astronomía, más tarde por las matemáticas. Fue un autodidacta sin conexión durante su formación con los matemáticos profesionales.
La posguerra española en la ciencia. El organismo encargado de la investigación científica en España tras la Guerra Civil era el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC. Se había creado en 1939 tras la disolución forzosa de la Junta para Ampliación de Estudios. Ésta fue una importantísima institución en la historia cultural y científica de España, creada a principios del siglo XX con el objetivo de renovar la ciencia y la cultura, ligando el país a su entorno internacional. En ella se había formado la élite científica y parte de la intelectualidad anterior a la Guerra Civil. Era, por tanto, objeto de la inquina de los ganadores de la Guerra Civil. El CSIC ocupó el puesto de la Junta, pero no sus objetivos: el decreto de fundación del CSIC establece como misión “la restauración de la clásica y cristiana unidad de las ciencias, destruida en el siglo XVIII.”
El nivel científico de Ferran Sunyer habría implicado su adscripción al CSIC, pero no fue posible. A pesar de su contrastada capacidad investigadora, sufrió una permanente persecución por parte de las instituciones científicas españolas dedicadas a las matemáticas. Los esfuerzos desde el interior (los matemáticos Julio Rey Pastor y Ricardo San Juan) y desde el exterior (sobre todo Mandelbrojt) apenas consiguieron para Sunyer un puesto precario, en una categoría muy baja y con un sueldo ínfimo, con la oposición de la cúpula matemática del Consejo. Se alegaba que no tenía el título de doctor; de hecho, no tenía ni el título de bachiller. En un episodio de extraordinario tesón, Sunyer hizo el bachillerato, la licenciatura y en 1962 obtuvo el título de doctor. El apoyo a Sunyer de Rey Pastor y de San Juan se hizo mediante un procedimiento inusual: a través de los premios científicos, en los cuales éstos participaban en el jurado o eran consultados. Así, obtuvo en 1946 el premio de la Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, en 1948 el premio del Institut d’Estudis Catalans, en 1950 el premio de la Academia de Ciencias de Zaragoza, en 1952 el premio del CSIC, en 1954 el premio de la Academia de Ciencias de Madrid, en 1955 el premio del CSIC, en 1956 el premio Nacional de Investigación, en 1957 el premio de la Academia de Ciencias de Madrid y en 1966 el premio del Institut d’Estudis Catalans.
¿Y esta inquina, de donde provenía? Obviamente, Sunyer no participó personalmente en la Guerra Civil, pero pertenecía al bando perdedor. Su primo colaboró con la República durante la guerra por lo que tuvo que exiliarse al acabar esta. En una carta escrita en plena guerra civil a Jacques Hadamard, Sunyer se refiere a la “la guerra de invasión que sufren los pueblos ibéricos”.
Sunyer murió en 1967 de un problema cardiaco, con cincuenta y cinco años. Dieciocho días antes el CSIC lo había hecho investigador, pero no en condiciones plenas.
¿Cuáles fueron las razones profundas de la persecución a Sunyer? Se sitúan en las graves anomalías del sistema de la ciencia en la España de la posguerra. Al amparo del clima de la posguerra, las matemáticas en el CSIC quedaron controladas por un grupo, que pretendió controlar las matemáticas en toda España, grupo cuyos méritos y criterios de evaluación no eran homologables a los utilizados en el resto del mundo científico.
Coda. Tras la llegada la democracia a España, el Institut d’Estudis Catalans creó en 1984 el Centre de Recerca Matemàtica y éste en 1992 creó el premio internacional de matemáticas Ferran Sunyer i Balaguer.
El libro fundamental sobre Ferran Sunyer i Balaguer es: “Ferran Sunyer i Balaguer (1912-1967)” de Antoni Malet, publicado por la Societat Catalana de Matemàtiques en 1995.
Es fácilmente accesible el artículo “Ferran Sunyer i Balaguer (1912-1967) y las matemáticas después de la Guerra Civil” de Antoni Malet, publicado en La Gaceta de la Real Sociedad matemática Española, volumen 1, número 3, página 329-371, 1998. Es de acceso libre: https://gaceta.rsme.es/abrir.php?id=335.
Dejar una contestacion