«Soy la flor en el ojal» (por A. Einstein)

Einstein en Córdoba, Argentina, 1925

En 1925, Einstein hizo una gira de tres meses por Sudamérica. En Argentina no sabía cómo lo recibirían, pues durante la Primera Guerra Mundial la fuerte comunidad alemana asentada allí lo había vilipendiado de lo lindo, acusándolo «de hacer propaganda contra Alemania y haberse convertido en un traidor a la patria». Parece que lo recibieron bien, lo que no evitó que Einstein dejara otra perla de su inagotable manantial sarcástico:

Graciosa pandilla, los alemanes de allí. Para ellos soy como una flor maloliente y, sin embargo, no han dejado de ponerme en su ojal.

(Véanse Putas, estiércol y universidad o Visión escatológica de la burocracia, para otras andanadas verbales de Einstein recogidas en este Blog.)

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