Nueva York-Sevilla impulsado sólo por el sol
Puede parecer difícil de creer, pero el avión Impulse II, que vuela únicamente con energía solar, ha realizado el trayecto Nueva York- Sevilla en menos de 72 horas y pilotado por el suizo Bertrand Piccard. Esta travesía, de casi 6.300 kilómetros, se considera una de las etapas más difíciles de este proyecto de dar la vuelta al mundo en un avión abastecido sólo por energía solar, dada su duración, las condiciones meteorológicas y el intenso tráfico aéreo de esta zona. El Impulse II ha completado así la etapa número quince de su vuelta alrededor del planeta con la que promociona las energías renovables, tras haber volado ya por Omán, India, Myanmar, China, Japón y Estados Unidos.
Esta hazaña de Piccard sucede a la protagonizada el año pasado por el otro ingeniero que impulsa este proyecto, el también suizo André Borschberg, quien sobrevoló el Océano Pacífico durante cinco días y sus correspondientes noches, con lo que fijó un nuevo récord mundial de vuelo sin escalas y en solitario, para demostrar que las energías renovables pueden cubrir las necesidades energéticas del planeta.
Piccard ha señalado que su viaje del Nuevo al Viejo Mundo no ha sido solo geográfico sino, también, simbólico, porque ha traído a Europa «el nuevo mundo de las tecnologías limpias y del respeto a la naturaleza», del que se ha proclamado «embajador». Asimismo, ha destacado que de todas las diversas aeronaves que han cruzado el Atlántico la suya ha sido la primera que lo ha sobrevolado con tecnologías limpias y sin ningún tipo de emisiones». En su opinión, este «nuevo mundo de tecnologías limpias» y medios de transporte sin emisiones es ya una realidad como ha demostrado el Impulse II en este vuelo transatlántico.
André Borschberg ha explicado a la prensa que la elección de Sevilla como punto de llegada de esta etapa ha obedecido a razones geográficas y meteorológicas, pero también a que la capital andaluza ha sido una de las primeras en apostar por las energías renovables y alberga las primeras torres termosolares de Europa, construidas por Abengoa.
Además, el proyecto Solar Impulse de completar la vuelta al mundo a bordo de un avión propulsado exclusivamente con energía solar persigue concienciar a los gobiernos de las ventajas de las energías renovables y animarles a que apliquen las tecnologías limpias que permitan preservar el medio ambiente. El equipo deberá decidir ahora cómo completa la vuelta al mundo, para lo cual debe de estudiar numerosos indicadores atmosféricos y geográficos. En principio se prevén realizar dos vuelos más, uno desde Sevilla hasta algún punto del Mediterráneo y el segundo y último, desde ese punto hasta Abu Dabi, en Emiratos Árabes Unidos, donde en marzo de 2015 comenzó esta aventura.
Por su parte, el Impulse II es un avión monoplaza, fabricado con fibra de carbono, se sustenta con una envergadura alar mayor que la del Boeing 747, pero desplaza un peso similar al de un automóvil familiar vacío, y mantiene una velocidad de travesía de entre 45 y 55 kilómetros por hora, mientras que alcanza un techo de vuelo máximo de 8.500 metros de altitud. Con un total de 17.248 células solares incorporadas en las alas cargan las cuatro baterías que a su vez accionan los cuatro motores eléctricos y las hélices, con un sistema de propulsión que es el 93 por ciento% de eficiente, por lo que solo pierde el 7% de energía, comparado con un coche que desperdicia el 70%. Debido a las diez cámaras montadas en el habitáculo, las alas, el centro de control de la misión y en tierra, los miles de aficionados a este proyecto pueden seguir en todo momento las evoluciones del piloto, que son monitorizadas en tiempo real por un equipo de ingenieros ubicado en Mónaco.
FUENTE: www.elmundo.es
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