Aspern, la smart city sin coches y laboratorio urbano de estilo de vida sostenible

El concepto de ciudad inteligente, en todo su significado, está en Austria, en el área metropolitana de Viena, y se llama Aspern. Una ciudad sin coches, que se diseña y se construye en torno a un lago, con 240 hectáreas pensadas desde un enfoque integral que incluye sistemas de movilidad sostenibles, utilización eficiente de recursos energéticos renovables, edificios sostenibles, agricultura urbana, usos residenciales y de negocios mixtos y bienestar social en forma de servicios. Todo ello empleando la vanguardia de las tecnologías aplicadas a la vida urbana.

Así se describe este proyecto, que ya es una realidad y en el que, actualmente, ya hay cantidad de residentes que se han mudado a este núcleo urbano creado desde cero a 14 kilómetros de Viena con la participación de la ciudadanía desde el inicio del proyecto.

Aspern, la smart city a 14 km de a Viena, concebida como una smart city desde cero.

El plan maestro de esta pequeña ciudad, que en el futuro podría convertirse en un distrito de Viena dentro de su estrategia Smart City Viena, se aprobó en 2007, pero ya desde 2004, se llevaron a cabo reuniones y talleres con personas de diferentes edades que aportaran su visión a la idea creada por el arquitecto sueco Johannes Tovatt. Los ciudadanos continúan participando en la implementación del proyecto de ciudad a través de los ‘City Labs’.

Aspern se concibe como un laboratorio urbano, un proyecto piloto que ayude a planificar desarrollos urbanos sostenibles e inteligentes en Viena. Se están probando constantemente nuevos enfoques para mejorar la calidad de vida en este entorno urbano y hacerlo más ecológico. Proyectos innovadores que, posteriormente, podrían replicarse en Viena o en otras ciudades.

Está previsto que todos los proyectos que incluye la ciudad estén finalizados en 2028, fecha en la que tendrá 8.500 edificios residenciales que albergarán a 20.000 personas. El objetivo, además, es crear 20.000 empleos, en los que la ciencia, la investigación y la educación tienen un espacio relevante, junto a los servicios el comercio y la industria.

El desarrollo urbano de Aspern está concebido como una unidad urbanística en la que los usos son mixtos y concebidos desde la usabilidad práctica del espacio urbano. Rodeado de zonas verdes, una vía en forma de anillo forma el eje que conecta toda la ciudad, que se desarrolla en torno a un anillo más pequeño formado por un parque central en el que se encuentra el lago.

Para entrar en el núcleo de Aspern hay que olvidarse del coche. El objetivo que recoge el plan inicial es maximizar el uso del transporte público, al que se une una amplia red de bicicletas públicas. Esta smart city está concebida para que las distancias puedan cubrirse fácilmente a pie o en bicicleta. Actualmente, trabajan en las obras de la línea dos de metro, que conectará la ciudad con el centro de Viena en 25 minutos. Hasta entonces, en los alrededores de la ciudad es habitual ver los vehículos particulares aparcados.

Está prevista la construcción de una línea ferroviaria y de tranvía, que junto con el autobús completarán la oferta de transporte colectivo al que se accede con una tarjeta de transporte única.

Actualmente ya funcionan siete líneas de autobuses que conectan Aspern con Viena y se están llevando a cabo las pruebas preparatorias para poner en circulación el primer autobús sin conductor en 2019.

La entrega de paquetes se hace a través de reparto en bicicletas de carga eléctrica. Las compañías de mensajería entregan los paquetes en el City Hub de DPD, un espacio de innovación en materia de logística para entornos urbanos y, desde allí, se llevan hasta las viviendas sobre dos ruedas.

Desde 2013 el consorcio empresarial Aspern Smart City Research GmbH and Co KG (ASCR) lleva a cabo investigaciones de eficiencia energética en diferentes fases que culminan este mismo año con la interpretación y exposición de resultados. Han trabajado sobre eficiencia en la construcción, redes inteligentes, usuarios inteligentes y la aplicación de las TICs, con los objetivos de optimizar la producción de energía y su consumo y, con ello, reducir las emisiones CO2. 

Para ello se sirven de la recolección de datos de las viviendas de los usuarios y de las infraestructuras para su análisis e interpretación. “En el futuro, podremos extrapolar nuestros hallazgos a ciudades enteras, contribuyendo al desarrollo de un sistema de energía más eficiente con un uso más consciente de los recursos”, según explica Robert Grüneis, CEO de ASCR.

Además de proyectos concretos de edificación inteligente, se fomenta el acceso a viviendas asequibles para alquilar o comprar y se llevan a cabo proyectos de cohousing, viviendas que desde el principio son diseñadas y autogestionadas por quienes van a vivir en ellas.

Un sistema marco de planificación determina el diseño y organización de los espacios verdes, así como los servicios de ciudad, que se mezclan con tiendas para el fomento del comercio local.

FUENTE: www.ascr.at/en/ y www.esmartcity.es