El parón termosolar lleva a la planta andaluza de Schott Solar a mínimos
En enero de 2016, la compañía Schott Solar, que produce tubos de vidrio para centrales termosolares, empezará a aplicar el ERE acordado en su fábrica de Aznalcóllar (Sevilla), que se traduce en que 48 de un total de 89 personas dejarán la planta.
Esta factoría, de la que sólo hay dos más en el mundo, ha entrado en barrena y su futuro pende de un hilo, y pese a que desde la compañía aseguran que la voluntad del grupo alemán es su mantenimiento, lo cierto es que continúa sin pedidos. Desde octubre de 2014 la facturación ha sido inferior a los cinco millones y las pérdidas se han elevado a nueve millones. Un ejercicio antes las ventas se situaban en 35 millones y si se retrocede a 2010 rozaban los 139 millones. Ante esta situación, desde verano la dirección de la empresa trabaja en encontrar un socio que adquiera la fábrica. Su esperanza es poder cerrar un acuerdo con alguno de los cinco grupos que han mostrado interés en sus instalaciones industriales.
La clave, según fuentes del grupo, es que sea una compañía que traiga negocio con sus propios proyectos termosolares, o que tenga fortaleza financiera para abordar otras actividades industriales en esta factoría, que siempre ha sido monosectorial. Cabe recordar que el sector a nivel mundial está liderado por empresas españolas, como Acciona, ACS, Sener o Abengoa. Esta última fue uno de sus principales clientes hasta 2013, cuando adquirió el negocio de fabricación de tubos de Solel (firma israelí pionera de esta tecnología) a Siemens, por lo que dejó de realizarle pedidos. De las 50 termosolares que se construyeron en España entre 2010 y 2013, un 80% encargó a Schott el suministro de los tubos.
Junto a la pérdida de Abengoa, el origen del declive de esta factoría está en el parón del sector termosolar a nivel mundial. Además del boom en España, durante el mismo periodo también hubo una eclosión de proyectos en Estados Unidos. Y aunque el furor por esta tecnología -la única gestionable de todas las renovables, por la posibilidad de almacenar la energía y utilizarla cuando no hay sol- se trasladó al Norte de África y Oriente Medio, lo cierto es que las construcciones se han frenado, tras el impacto de la crisis financiera.
La factoría sevillana de Schott se inauguró en 2008 tras una inversión de 25 millones por parte de la compañía alemana. El resto, hasta 40 millones, correspondió a Bogaris, propietaria de la nave.
FUENTE: www.expansion.com
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