Estudiantes de la US revolucionan el IoT
Un grupo de alumnos de la Universidad de Sevilla (US) han ganado el premio Internet de las Cosas (IoT) en la modalidad mejor ‘software’ libre al idear un ‘router’ que permite automatizar tareas domésticas a través de la red, gracias a la interconexión de aparatos de distintas marcas con tecnologías diferentes.
Imagine que una mañana, cuando suene el despertador, éste le ordena a la cafetera que comience a hacer café. Al mismo tiempo, se activa el equipo de música, suena una canción motivadora y las luces del pasillo se encienden indicando el camino hacia el cuarto de baño. En la actualidad, todo esto no es posible, ya que los dispositivos no interactúan entre sí. El objetivo de la empresa Netbeast es que este sueño se haga realidad a través del desarrollo de una plataforma, un software libre que permita a los dispositivos comunicarse entre sí independientemente de su marca o tecnología. “Es el Android para el internet de las cosas”, explica Luis Pinto, uno de los cuatro fundadores de esta empresa.
Los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla: Pablo Pizarro, Jesús Rivera, Jon Senra y Luis Pinto son los fundadores la empresa Netbeast que recientemente ha sido premiada en los Internet of Things Awards como el mejor software libre. Netbeast consiguió el 50% de los votos emitidos en su categoría, a la que se presentó 21 proyectos internacionales, “muchos de ellos de grandes empresas”.
Todos ellos se conocieron en el grado de Ingeniería de Telecomunicaciones. “Desde siempre nos sentimos motivados para hacer algo diferente a lo que se venía haciendo en la universidad. De hecho, Netbeast no fue nuestra primera idea, aunque la anterior no resultó viable y la abandonamos”, señala Pinto, CMO (chief marketing officer o jefe de marketing) de Netbeast. Tras un primer fracaso, los jóvenes estudiantes se sentaron en un sofá y plantearon cuatro ideas básicas a partir de las cuales fueron elaborando el boceto de lo que sería su proyecto empresarial. Así, la idea de desarrollar un router inteligente portable que permitiera interconectar dispositivos surgió durante el último año de carrera. “El objetivo es poder instalar aplicaciones que automaticen actividades del hogar”.
Una vez con las ideas claras y tras incorporar al equipo a un estudiante del doble grado de ADE y Derecho de la Universidad Pablo de Olavide, Agustín Ballesteros, los estudiantes se presentaron a diferentes concursos de emprendedores como Think Big de Telefónica y el X Concurso de Emprendimiento de la Universidad de Sevilla, lo que les permitió viajar a algunos de ellos a Silicon Valley y permanecer un mes en el Spain Tech Center de San Francisco (Estados Unidos). Más tarde fueron seleccionados en una de las aceleradoras de empresas más grande de España, Plug and Play, en Valencia, lo que les obligó a realizar el último cuatrimestre de su carrera a distancia, “algo que no fue fácil”. Aquí fue donde oficialmente nació Netbeast.
Aunque la sede de la empresa se encuentra actualmente en Alcalá de Guadaíra, el equipo fundacional trabaja desde septiembre en una aceleradora de Telefónica en Munich (Alemania), Wayra Deutschland, con la idea de que su empresa continúe creciendo. “Netbeast se construye sobre una comunidad de desarrolladores para mejorar y hacer crecer su software libre. Gracias a su API, ofrece la posibilidad de que los desarrolladores puedan crear aplicaciones para los objetos conectados. Ademas, también ofrece un marketplace de aplicaciones donde los desarrolladores pueden dar a conocer y comercializar sus aplicaciones. Y, por otro lado, los usuarios pueden, a través de este marketplace, descargar aplicaciones que permitan controlar de forma colectiva sus dispositivos añadiendo aún más interactividad a sus hogares”, informa Luis Pinto. “Netbeast pretende ser la plataforma que utilicen en el futuro todos los dispositivos conectados para comunicarse entre sí”.
Según explica Luis Pinto, los retos a los que se enfrenta ahora son captar una financiación de 750.000 euros antes de final de año; conseguir una comunidad de desarrolladores para su nuevo producto open source (código abierto), y poder crear y comercializar un hardware propio. “Aunque, a priori, parecen retos muy grandes, creemos que con el equipo actual podemos lograrlo”.
FUENTE: https://www.saberuniversidad.es/
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