Tercer Premio
Excavaciones arqueológicas en el alfar y almazara romanos de “Las Delicias” (Écija, Sevilla) Investigador responsable: Enrique García Vargas, Dpto. de Prehistoria y Arqueología
El proyecto “Excavaciones Arqueológicas en el Alfar Romano de Las Delicias (Écija, Sevilla)” es un proyecto hispano-francés, llevado a cabo entre 2013 y 2015 por las universidades de Sevilla y Montpellier 3 (Paul Valery), con la colaboración del Excmo. Ayto. de Écija y el apoyo institucional de la Casa de Velázquez. En él han participado, bajo la dirección de Enrique García Vargas (Universidad de Sevilla) y Stéphane Mauné (CNRS-Université Montpellier 3) investigadores y alumnos de máster de ambas universidades que han excavado uno de los alfares de ánforas olearias Dressel 20 más importantes por su tamaño y con mayor recorrido cronológico (siglos I-III d. C.). Las ánforas estaban dedicadas al abastecimiento de aceite de la ciudad de Roma y de los ejércitos de la frontera germánica. Las estructuras del alfar (básicamente hornos y vertederos de material de cocción defectuosa) se asocian en la misma instalación a los restos de una almazara para el molido y el prensado de la aceituna, con vistas a la obtención del aceite que sería posteriormente envasado en ánforas y transportado hasta el puerto de Hispalis mediante barcas fluviales a través de los ríos Genil y Guadalquivir, ambos navegables en la Antigüedad. El proyecto se enmarca en un estudio más amplio, llevado a cabo por las mismas instituciones y bajo la misma dirección, que tiene como objeto el estudio de la industria alfarera y aceitera en toda la cuenca media y baja del Guadalquivir, entre Córdoba, Écija y Sevilla. Todas las estructuras representadas en las fotografías se datan hacia mediados del siglo III d. C., última fase de las instalaciones productivas de Las Delicias.
Horno 2 de Las Delicias, Écija. Vista cenital
De los tres hornos circulares localizados en las excavaciones del alfar romano de Las Delicias, dos de ellos (hornos 2 y 3, excavados en 2014-2015) son de gran tamaño (en torno a cinco metros de diámetro) mientras que el tercero (horno 1, excavado en 1997), era de tamaño medio, con unos 3 metros de diámetro. Todos se fechan en la última fase del alfar, datada en la primera mitad el siglo III d. C. En la fotografía cenital del horno 2, tomada en la campaña de 2014, se observa la parrilla que separa las cámaras de combustión y cocción (laboratorium) y el pasillo de alimentación (praefurnium) de la primera de éstas.
Parrilla del horno 2
La imagen presenta un detalle de la parrilla del horno 2. Ésta permitía la comunicación de la cámara inferior del mismo, en la que se producía la acumulación de calor necesaria para la cocción, y la superior o laboratorium. Aquí se cocían las piezas (en este caso, ánforas olearias) gracias a que el aire caliente generado en la combustión alcanzaba el piso superior del horno (que difícilmente se conserva hasta nuestros días) a través de toberas y orificios como los que se observan en la fotografía.
La Almazara romana de Las Delicias
Anejo al conjunto de hornos para las ánforas que habrían de llenarse de aceite, se ha excavado entre 2013 y 2015 una almazara o molino de aceite (torcularium). Ésta constaba de dos espacios rectangulares paralelos. El primero contenía la nave en la que se prensaban las aceitunas (al fondo). De ellas queda sólo el pavimento, los encastres de los troncos verticales (arbores) de los contrapesos de dos prensas de viga y las canalizaciones que conducían el aceite recién exprimido. Éstas desembocaban en la segunda nave, donde se encontraban las piletas (lacus) y tinajas (dolia) que servían para separar del aceite el agua y el alpechín producidos junto a éste en las operaciones de prensado.
Sifón de separación de aceite y alpechín de la almazara romana de Las Delicias, Écija
La almazara de Las Delicias se fecha, igual que los hornos excavados, en la primera mitad del siglo III d. C. Sin embargo, la sala de decantado presentaba al menos dos fases consecutivas: una más antigua en la que las operaciones se hacían en piletas impermeables y una segunda en la que al menos algunas de estas piletas fueron sustituidas por tinajas (dolia). La imagen muestra un detalle de los dolia meridionales que se encontraban relacionados entre sí gracias a un curioso sistema de sifón formalizado en torno a un tubo cerámico en el interior del dolium que recibe el líquido directamente desde las prensas. Como el aceite flota sobre el agua, en el recipiente se crean dos niveles de líquido, siendo el de agua (y alpechín) el inferior. El peso del aceite obligaba al agua a introducirse en el tubo, siendo evacuada hacia el exterior para purificar el aceite y dejarlo lo más limpio posible. El aceite se extraía por la piquera situada en el borde, justo en el extremo contrario al del sifón.