SEVILLA
Alegría. Quizás alegría es la palabra que mejor resume la esencia de Sevilla. Una ciudad de casi 3000 años de historia que enamora por el estilo de vida de sus habitantes, un pueblo abierto y hospitalario que sabe disfrutar y compartir cada momento.
Y es de sus mágicas calles de donde nace ese espíritu que hace especial a Sevilla, rincones cargados de historia y enriquecidos por los diferentes pueblos que la habitaron y que han dejado en ella una huella que los sevillanos no quieren borrar. Un legado que ha conformado a lo largo de siglos el patrimonio cultural, monumental y artístico que podemos admirar en sus calles, en sus museos, en sus fiestas y su gastronomía.
El clima es otro de los atractivos de la ciudad más valorados por el visitante con unos 300 días de sol al año, una extensión de la calidez de su gente que hace posible que las calles sean el escenario donde cada día se escenifica la apasionada vida de los sevillanos. La Semana Santa y la Feria de Abril, dos de las fiestas más importantes del mundo, reflejan esa pasión en forma de polos opuestos, la alegría y el dolor vividos con la misma intensidad. El Flamenco declarado patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO, que aparece a cada paso en la ciudad que lo vio nacer. Su inigualable gastronomía, un referente mundial que también sale a la calle en forma de las conocidas Tapas, otro de los ejemplos de que en Sevilla todo se disfruta y se comparte en compañía de otros.
Sevilla es en resumen una ciudad que se mantiene viva todo el año, con una continua oferta cultural, musical, deportiva y de ocio que invita a visitarla en cualquier momento y descubrir en primera persona el verdadero atractivo que la ciudad encierra.
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