PUERTA DEL SOL

 

Cronología: s. XII/1870

Periodo Histórico: Edad Media

Estilo: Almorávide (s. XII) - Intervenciones cristianas (s. XVI)

Conectaba: Beaterio de Trinitarias y antiguo convento de los Trinitarios Calzados

Uso Actual: Ensanchamiento de la vía pública (1868)

La desaparecida Puerta del Sol se ubicaba en el extremo sur de la actual calle Madre Isabel de la Trinidad, junto a la manzana del Beaterio de Trinitarias, hoy ocupado por un centro educativo de mismo nombre, y frente al antiguo convento de los Trinitarios Calzados, actual Basílica de María Auxiliadora de los Cristianos. Dentro de las interpretaciones realizadas sobre su denominación, son las que se articulan en clave geográfica. Como puerta más oriental de la ciudad entrarían por ella los primeros rayos del sol cada mañana, razón que hubiera también justificado, en tiempo de los griegos, la ubicación en las inmediaciones de un templo consagrado al astro rey. En base a los textos del historiador Alonso de Morgado este acceso ya existiría en época romana. Asimismo, Manuel Álvarez Benavides, afirmaría de su existencia en 1362.

A través de diversos grabados realizados por Richard Ford entre 1839 y 1833 se tiene constancia que el frontispicio del arco de acceso contaba con un gran relieve de piedra que representaba al sol. Este hecho vendría también a justificar el nombre de la puerta. Como se observa en estos grabados, la puerta tendría unas dimensiones considerables, singularizada por su elevada altura. En origen, respondería a una tipología de torre-puerta con acceso en recodo y protegida por la barbacana. Según la descripción de Morgado y Hoefnagle, la torre sería una de las más altas de toda la ciudad.

Tal como se recogía una lápida situada sobre uno de sus arcos, la puerta sería reformada en 1595, durante el reinado de Felipe II y bajo la supervisión del asistente de la ciudad Pedro Carrillo de Mendoza, Conde de Pliego de las Villas de Cañaveras y Castinuevo. A diferencia de otros accesos, tales como la puerta Nueva o la del Oro, especialmente modificados según el modelo y traza de la época, la reforma realizada en la Puerta del Sol consistiría en la simple elevación del arco principal de acceso. Se caracterizaría por su austeridad y simpleza, al carecer de cualquier tipo de ornamento, más allá del mencionado frontispicio, el cual tampoco destacaba por un especial valor artístico. Durante la primera mitad del siglo XIX, se realizarían nuevas intervenciones, principalmente para dotar a la puerta de elementos defensivos frente a las distintas revueltas que se suceden en la ciudad.

La puerta sería derribada hacía 1870 en el contexto de la Revolución Liberal. Como ocurrió con la amplia mayoría de lienzos y puertas de la muralla, está decisión se justificaría en el anhelo de generar nuevos espacios en la ciudad para el asentamiento industrial y el residencial, dando lugar a los ensanches decimonónicos. En concreto, el lugar donde se ubicaba la puerta es ocupado hoy por un ensanchamiento de la vía pública. Este espacio, ocupado parcialmente con mobiliario de los locales comerciales que en él se ubican,  queda delimitado por dos edificios protegidos por el planeamiento especial. En el límite norte se sitúa el conjunto que conforman el colegio Beaterio de Trinitarias, la guardería y el centro de puericultura anexos, diseñados por Juan Talavera y Heredia, Antonio Delgado Roig y Leopoldo Carrera Díez en 1937. Mientras que, en el lado sur, encontramos un edificio de viviendas de estilo regionalista construido por Antonio Gómez Millán entre 1927 y 1928.

Quizás la ubicación, en comparación al resto de accesos de la ciudad, sea la razón de que esta puerta no haya gozado de especial significancia a lo largo de su historia. No obstante, su valor es reconocido en los distintos relatos en la que se menciona, los cuales lo vinculan, desde lo cotidiano, al devenir histórico de la ciudad.

Vista interior de la Puerta del Sol. Richard Ford (1831). En: Rodríguez Barberan, F. J. (2007). La Sevilla de Richard Ford 1830-1833. Sevilla: Fundación El Monte.