PUERTA DE CÓRDOBA

 

Cronología: s. XII

Periodo Histórico: Edad Media

Estilo: Almorávide (s. XII) - Intervenciones cristianas (s. XVI)

Conectaba: Barrio de San Julián con el camino histórico hacia Córdoba

Uso Actual: Integrada en la Iglesia de San Hermenegildo (s. XVI)

La muralla levantada por Ali ibn Yusuf en el s. XII planteaba, como uno de los accesos principales a la ciudad, la puerta norte de la Macarena. Junto a ésta, y repartidos a lo largo del lienzo más septentrional, se dispusieron otros puntos de entrada, como la puerta de Córdoba. Si bien, este acceso no tuvo tanta importancia estratégica, su denominación aparece reconocida desde el siglo XIII y hace pensar que constituía una de las salidas naturales hacia dicha ciudad.

En esta época, el entorno de la ciudad amurallada estaba constituido por una serie de huertas y alquerías que conformaban su zona de alfoz. Se trataba de un verdadero sistema territorial que vinculaba fuertemente el ámbito urbano y el rural, bajo una misma jurisprudencia. De este modo, la ciudad se abastecía a través de los suministros agrarios proporcionados por el campo, mientras que a su vez, ofrecía amparo y diferentes servicios a este territorio. La existencia de puertas en todo el perímetro facilitaba esta permeabilidad entre el campo y la ciudad.

La puerta de Córdoba ejemplifica bien estas conexiones en la muralla almorávide, pues quizás sea la que mejor mantiene su estructura original de entre todas las conservadas en Sevilla.

Las transiciones en la arquitectura islámica nunca son inmediatas, tanto por motivos defensivos, especialmente en este caso de la muralla, como por sus propios principios conceptuales. Concretamente esta puerta refleja bien la tipología de acceso en recodo, muy recurrente en esta arquitectura y que evitaba un acceso directo intramuros. Constituye un complejo defensivo que consta de un sistema de doble puerta con un pequeño patio interior, como punto de control. De esta forma, el acceso desde el exterior de la ciudad, se producía a través de una primera puerta abierta en el flanco este de la torre (hacia la calle Madre Dolores Márquez), y junto al lienzo de muralla que ya no se conserva. Este modo de aproximación, de manera tangencial a la muralla, ofrecía muchas ventajas defensivas. Una vez flanqueada esta primera puerta, se alcanza un pequeño patio, en cuyo lado izquierdo se ubica la segunda puerta (la que puede observarse hacia la calle Puerta de Córdoba).

Este patio interior es la parte más singular del conjunto, pues desde él parte una escalera que permite el ascenso a las mazmorras, donde según la tradición se ubica el encarcelamiento y martirio de San Hermenegildo. Este hecho motivó que pronto se convirtiera en un lugar de culto para la ciudad, instalándose para tal fin una capilla en su interior.

En el siglo XVI, la ciudad de Sevilla comienza su época dorada, y se llevan a cabo diferentes operaciones de reforma en todas las puertas de la ciudad. Sin embargo, en este caso, la puerta de Córdoba se preservó para el culto al Santo, conservándose así la estructura originaria hasta la actualidad. En cambio, se abre una nueva puerta de manera contigua siguiendo los dictados imperantes de la época, pues tras la reconquista cristiana, la función militar original ya no era fundamental. Esta nueva entrada, adosada a la primitiva torre-puerta almorávide, es la que aparece en las representaciones conservadas de los grabados del siglo XIX. Se ideó a modo de arco triunfal mediante arcos de medio punto rebajados que permitían el acceso directo a la ciudad.

A principios del siglo XVII, la configuración actual de la puerta se finaliza, cuando se inicia la construcción de una iglesia en honor al Santo, la actual Iglesia de San Hermenegildo. Ésta se dispondrá adosada al muro norte de la puerta, quedando de esta forma situada extramuros. La constituida Hermandad de San Hermenegildo queda así vinculada a la inmediata collación de San Julián, donde fundó además un Hospital.

La imagen definitiva de este lugar se alcanza en el siglo XIX. En este momento, surgen planteamientos higienistas para la ciudad y las murallas medievales comienzan a derribarse en un proceso de expansión urbana. De este modo, la nueva puerta del siglo XVI que venía utilizándose se elimina, junto con el lienzo de muralla de su flanco oriental, quedando solamente la construcción almorávide integrada dentro del complejo eclesiástico.

Exterior de la Puerta de Córdoba. En: Tovar, B. (1878). Las Puertas de Sevilla. Sevilla: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla.
Disponible en: https://fama2.us.es/earq/pdf/folletos/puerta.pdf