Del 13 al 17 de enero en la Universidad de Roma Tre- Departamento de Ciencias de la Educación se celebró una semana intensiva de prácticas de formación en el marco del proyecto Solidaris: Prácticas Formativas en las Universidades Europeas.
Las actividades propuestas cumplieron el siguiente objetivo de capacitación: investigar estudios y buenas prácticas para lograr la inclusión mediante la valorización del mismo Departamento, que desde hace años se dedica a promover reuniones, debates, reflexiones y también en el sistema de buenas prácticas. Por lo tanto, después de una visita a los servicios internos de la universidad, la agenda de formación incluyó la organización de actividades teóricas y de taller a cargo de los Prof.es Fernando Battista, Fabio Bocci, Marco Catarci, Amalia Rizzo, Gilberto Scaramuzzo, Elena Zizioli con reflexiones metodológicas a través del uso de los lenguajes artísticos (cinematográfico, teatral, musical, narrativo). De hecho, se animó a los participantes a involucrarse para adquirir conocimientos, pero sobre todo habilidades para la construcción de caminos inclusivos, a través de talleres que mostraban las metodologías de los diferentes idiomas. Se realizó una propuesta que exploró, en los diferentes talleres, aquellos paradigmas teóricos que se han centrado en el poder transformador de la educación para trabajar en la creación de contextos verdaderamente inclusivos, atendiendo las demandas de las sociedades multiculturales.
Durante la parte de formación, se dio espacio a los lenguajes expresivos que por su naturaleza “liberan” las potencialidades del individuo y permiten una reapropiación y redefinición de la propia identidad, más allá de prejuicios y cristalizaciones improductivas para diseñar entornos cálidos, atractivos y con una gran cantidad de actividades “desafiantes”. Los participantes exploraron, por ejemplo, la estrecha relación entre el lenguaje cinematográfico y la discapacidad, para asumir diferentes perspectivas con las que es posible observar las diferencias, investigando las diferentes imágenes asociadas a la discapacidad. Experimentaron con un taller de Pedagogía de la expresión, entendiendo sus dinámicas y metodologías.
También aprendieron cómo la música tiene una gran apertura interdisciplinaria y aumenta la “fuerza del grupo”; estimula “la experiencia de flujo óptimo”; permite la descentralización perceptiva. Ellos verificaron el poder de las historias, aprendiendo las herramientas necesarias para identificar buenas narraciones y trabajar con el método autobiográfico para fomentar la creación de comunidades inclusivas respetuosas de las diferentes trayectorias de vida. También pudieron experimentar la belleza de la narración de historias, de la apertura al otro, de volcar puntos de vista y formar nuevas miradas, superando estereotipos y prejuicios, para comprobar cómo los procesos de inclusión se ven facilitados por la belleza, un valor universal y accesible, por lo tanto, capaz de superar y potenciar la diversidad. Además, conocieron el valor del ritmo para la armonía de la persona para favorecer el encuentro y el diálogo, explorando su propio mapa emocional. Todos los participantes siguieron con interés las actividades y participaron activamente en los talleres propuestos. Interactuaron, mostraron curiosidad, hicieron preguntas y pidieron más información. Los días fueron por lo tanto muy densos y fructíferos también desde el punto de vista emocional, como lo documentan las fotos tomadas en los diferentes momentos. Por lo tanto, se creó una verdadera comunidad de aprendizaje en la que todos, incluso los capacitadores, se beneficiaron.