El grupo de investigación de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla que dirige el profesor Juan Antonio Galbis estudia la obtención de polímeros degradables, a partir de monómeros derivados del azúcar. Éstos tienen varias ventajas con respecto a los monómeros industriales. Son muy abundantes en la naturaleza, tienen un precio muy económico y proceden de materias primas naturales.
Los investigadores pensaron que si materiales como el papel se degradan podrían aplicar este principio a otros componentes, como los plásticos, los envases blandos o las latas, que se mantienen años en el medio ambiente. La mayor degradabilidad de la celulosa con respecto a estos materiales es lo que animó la investigación de este grupo de científicos.
A esto se une que el componente básico de la celulosa, el azúcar, puede producirse ampliamente sin perjuicios para la naturaleza, mientras que aumentar la producción de petróleo conlleva un importante perjuicio medioambiental. «Los poliésteres tienen baja hidrofilia y una alta resistencia a la ruptura de la cadena polimérica. Pero si conseguimos fabricar polímeros hechos a base de azúcar, evitamos estos problemas», asegura Galbis.
Los investigadores vaticinan que esta nueva fórmula, donde las fronteras entre los materiales naturales y los artificiales son cada vez más difusas, cuenta con utilidad en aplicaciones biomédicas y en otros sectores como el del empaquetado de alimentos.