Espero morirme sin haber tenido que usar Microsoft Word (por D. Knuth)

Desde 1962, Donald Knuth, profesor de la Universidad de Stanford, está involucrado en la publicación de su bien conocida monografía The Art of Computer Programming (en castellano, El arte de programar ordenadores), un extenso tratado sobre algoritmos y métodos de programación. La influencia de esta obra, aún inacabada, ha sido enorme, y Donald Knuth es considerado el padre del análisis de los algoritmos. En 1974 recibió el ACM Turing Award, que informalmente está considerado como el Premio Nobel de las Ciencias de la Computación. En nuestro país, Donald Knuth fue merecedor del «Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento 2010 en Tecnologías de la Información y la Comunicación» (en La Gaceta de la RSME puede verse una reseña de la noticia).

La primera edición de The Art of Computer Programming constaba de tres volúmenes que fueron publicados, respectivamente, en 1968, 1969 y 1973. Esta primera edición se había hecho utilizando aún tecnologías de impresión del siglo XIX, y los resultados habían sido muy del agrado de Knuth. En 1976, Knuth había preparado una segunda edición del volumen 2. Para entonces, las tecnologías de impresión habían sido sustituidas por otras más modernas y más económicas, pero que producían resultados de peor calidad. Disgustado por el aspecto de las pruebas de imprenta, decidió tomarse un año sabático para crear un sistema de impresión de su agrado con el que poder editar sus libros.

Finalmente, empleó casi diez años en desarrollar lo que él pensaba que le iba a ocupar un año. En ese tiempo desarrolló Metafont (un lenguaje de programación para desarrollar tipografías definiendo los contornos de las letras como polinomios a trozos) con el que, en particular, diseñó las letras Computer Modern, y TeX, el popular sistema de tipografía de código libre tan usado en entornos académicos relacionados con las matemáticas (LaTeX, al que actualmente se alude más a menudo, está construido sobre TeX de manera relativamente sencilla); realmente, a muchos sorprendería saber que también se usa en ámbitos humanísticos muy alejados de las matemáticas, pues su potencia y calidad no tiene parangón cuando se requiere gran complejidad tipográfica. En 1989, con el lanzamiento de la versión 3 de TeX y la versión 2 de Metafont, Knuth decidió que ya no iba a hacer más cambios en el sistema (salvo correcciones de bugs), con el fin de dejarlo estable para el futuro. Desde entonces se dedica, fundamentalmente, a continuar escribiendo The Art of Computer Programming y a su afición favorita: tocar el órgano.

En una entrevista realizada el 2 de octubre de 2001 en Tubinga (Alemania), una de las preguntas que Harald Koenig hizo a Knuth fue la siguiente:

«If you were young again, would you start writing TeX again or would you use Microsoft Word, or another word processor?»

La respuesta fue contundente:

«I hope to die before I have to use Microsoft Word.»

Fotografía de Donald Knuth

Si Donald Knuth hubiera trabajado para la administración española (o para una gran editorial afincada en España), esta declaración podía haber sonado a que estaba anunciando sus intenciones de suicidarse.

A este respecto, no me resisto a relatar una anécdota personal. Aproximadamente por las mismas fechas que la entrevista, intenté que la Universidad de La Rioja me permitiera impartir un curso de TeX y LaTeX organizado como lo que entonces se denominaba «asignatura de libre elección». En mi universidad, dichas asignaturas figuraban oficialmente en los planes de estudio para que los alumnos que quisieran las pudieran cursar, pero a los profesores no nos contaban como horas de docencia (en otras palabras, se impartían por amor al arte). Aun así, eso requería la autorización del Centro del que dependía la titulación de Matemáticas, que por entonces era el denominado «Centro de Enseñanzas Científicas y Técnicas», de infausto recuerdo (mi universidad, muy moderna, no tenía facultades). La respuesta del Director del Centro (ingeniero, para más señas) también fue contundente: «No se autoriza. ¿Para qué quiere alguien usar TeX existiendo Microsoft Word?».

¡Una cosa más! El Boletín que edita semanalmente la Real Sociedad Matemática Española siempre incluye, como colofón, una cita de alguna persona reconocida. En 2009 les sugerí poner en algún número la cita «Espero morirme sin haber tenido que usar Microsoft Word» de Knuth (no voy a explicar aquí con qué programa se edita dicho Boletín, y tampoco daré mi opinión sobre su estética). La respuesta fue que «la cita la veo algo controvertida, aparte de poco relacionada con las matemáticas, pero consultaré al personal». Nunca supe nada más y, por supuesto, no se usó.

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Sobre Juan Luis Varona 32 Artículos
Matemático, alfareño nacido en Tudela. Profesor en la Universidad de La Rioja (Logroño)

3 Comments

  1. Como bien dice Juan Luis… » …si hubiera trabajado para una gran editorial española…» Algunas pequeñas hemos trabajado muy seriamente con TeX y LaTeX, como Ediciones Electolibris… ¿será por eso que ha muerto?

  2. En realidad, Microsoft Word es una aplicación estupenda para escribir cartas, informes internos o recetas de cocina, y JAMÁS NADIE debería emplearla para maquetar nada que se vaya a imprimir en forma de libro, folleto, revista, etc.
    Para eso existen programas de maquetación con amplios controles tipográficos así como de color y de manejo de gráficos e imágenes, como Adobe InDesign o Quark Xpress.
    Y, por supuesto, LaTeX.

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