Actualmente existen en Andalucía cuatro circuitos de velocidad: Jerez, Tabernas (Almería), Guadix (Granada) y Monteblanco (Huelva). Los que rondamos los 40 tenemos en la memoria la apertura del circuito de Jerez en 1985, que significó un antes y un después en los deportes de motor en Andalucía, ya que hasta ese momento sólo se veían carreras en el Jarama y, en menor medida, en Calafat.
De hecho, hasta la apertura de los trazados almeriense y granadino, que se produjo entrada la década de los 90, el jerezano era el único circuito en el que se podían formar por pilotos andaluces y, por ende, los sevillanos. De su asfalto salieron los dos últimos pilotos hispalenses que han corrido en el Mundial de velocidad, Pitufo Álvaro, a principios de los 90, y José Luis Cardoso en la primera década del siglo XXI.
Pero lo que no todo el mundo sabía es que en Sevilla existió un proyecto para construir un circuito de velocidad en la década de los 70. En efecto, la intención del Real Club Automóvil de Andalucía (RACA) con la construcción de su Club de Campo era completar las instalaciones deportivas y de ocio con un circuito de velocidad. Así lo atestiguan, al menos, responsables de la entidad automovilística en la prensa de la época e incluso en la publicidad insertada en los medios de comunicación locales.En una entrevista publicada en el diario ABC en el mes de enero de 1973, el Relaciones Públicas del RACA en aquellos años, Eduardo Cabrera Adán, confirma al recordado periodista Lorenzo Muñoz la intención de construir el trazado en los terrenos adquiridos en las cercanías del aeropuerto. “Existe otra parcela de 61 hectáreas donde se construirá el circuito permanente”, asegura el portavoz del RACA, que da incluso pistas de las características del trazado: “Será semirrápido; ni tan lento como el del Jarama, ni tan rápido como el de Monza”.
Al año siguiente, y ya con las instalaciones deportivas y de ocio construidas, en la publicidad insertada en los diarios de la época con el objetivo de captar socios, los promotores del Club de Campo anuncian para más adelante “la ejecución de un gran circuito automovilístico de competición” junto a la primera oferta de instalaciones (dos piscinas, 14 pistas de tenis, dos mini-golf, cuatro front-tenis, dos polideportivos, gimnasio, sauna, cafetería, self-service, parque infantil y extensa zona de aparcamientos).
Poco más se supo de este proyecto durante los años siguientes hasta que de nuevo el diario ABC en enero de 1984 publica otra entrevista, en esta ocasión al entonces presidente del RACA, José María Piñar y Miura, en la que da por muerto y enterrado el proyecto de construcción de un circuito de velocidad en los alrededores del aeropuerto. “La idea de construir allí un circuito de velocidad duerme el sueño de los justos. No hay apoyo en absoluto para un proyecto de esta clase”, explica.
La falta de colaboración económica por parte de las instituciones públicas, según el presidente del RACA, terminó por acabar con el proyecto: “La construcción de un circuito permanente está en unos 200 millones de pesetas. Para una entidad particular es prohibitivo y las ayudas oficiales son las que pueden hacer de lo proyectado una realidad”.
Y como se ha demostrado con el paso de los años, el proyecto quedó guardado en un cajón y nunca más se supo de él.
Anuncio publicado en prensa, incluyendo la construcción del circuito