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La Historia de SuperProtón
SuperProtón continúa trabajando en el CNA y todos los días se encarga de ayudar a los científicos a realizar sus estudios para así poder mejorar nuestro futuro.
Tal vez si algun día nos visitas puedas verle, pero ¡ojo!, no os olvidéis que es...
¡¡¡ SUPERVELOZ !!!
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La Historia de SuperProtón
Gracias a SuperProtón, los científicos del CNA pueden ayudar a mucha gente con sus estudios e investigaciones sobre las propiedades de la materia.
Así podemos conocer las civilizaciones antiguas, distinguir obras de arte falsificadas, saber la contaminación de un río, investigar curas de enfermedades y obtener tecnologías para teléfonos y ordenadores más rápidos.
Por todo esto el equipo del CNA está orgulloso de contar entre sus integrantes con este nuevo componente tan peculiar como es "SuperProtón" y por esto lo nombraron su mascota.
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La Historia de SuperProtón
SuperProtón aceptó encantado, ya que era lo que siempre había soñado.
Además -pensó SuperProtón- "seré alguien especial y podré ayudar a la ciencia"
Desde entonces el trabajo de SuperProtón consiste en chocar a gran velocidad con la materia y así de esa colisión los científicos pueden obtener información sobre los elementos que contiene la muestra y de sus propiedades.
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La Historia de SuperProtón
Cuando SuperProtón salió del acelerador, los científicos quedaron asombrados, porque aunque en muchas ocasiones habían conseguido acelerar partículas, nunca antes habían podido ver a ninguna que igualara en velocidad a nuestro amigo.
SuperProtón era la partícula más veloz de todas: Su velocidad era tan grande que en pocas ocasiones los científicos lograban verlo, ya que viaja a casi la velocidad de la luz.
Debido a esto, el equipo del centro se reunió y decidió ofrecerle a SuperProtón un trabajo,...
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La Historia de SuperProtón
El científico llevó la muestra hacia un lugar llamado " fuente de iones", donde las partículas se transforman en otras y quedan cargadas eléctricamente. Así, nuestro amigo el Protón quedó cargado al igual que sus compañeros del bote, con una carga negativa, era lo que se llamaba un " ión negativo".
Luego pasó por imán, y como las partículas poseían carga eléctrica, las hizo girar hasta introducirlo en un tanque, donde él y sus compañeros sintieron una gran fuerza, un campo eléctrico, que las aceleró hasta alcanzar una velocidad de 15.000 Km por segundo.
Cuando nuestro amigo salió del tanque sintió que algo había cambiado y ya no era aquel protoncito solitario en una molécula de hidrógeno, sino que desde ahora y para siempre sería... ¡SUPERPROTÓN!
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