Es complicado dar una solución única a este ejercicio, ya que va a depender de la elección de las palabras que hayas hecho, pero sí podemos analizar ciertos factores que seguramente hayan aparecido en tu texto final.
Por ejemplo, es probable que tu idea al crear la historia difiera parcial o completamente con la interpretación que le ha dado tu compañero o que le has dado tú mismo en otro momento. Aquí entraría esa intención de interpretar todo desde nuestra perspectiva, el “tú lo que quieres decir es”. Ahí es donde volcamos de nuevo nuestra propia percepción de la realidad en un momento determinado, adaptando el texto a lo que yo creo que quiere decir, incluso consiguiendo justificarlo con las mismas palabras que ahí aparecen. Esto os sonará de los comentarios de texto de la etapa escolar, cuando salíais del examen y comparabais las respuestas con los compañeros: “Yo creo que el poema iba del amor”, “Pues yo he puesto que iba de la muerte”. En realidad, cada uno estaba influido por su propio bagaje y seguramente la intención original del poeta era completamente diferente o no a lo que nosotros planteamos. Lo que sí es cierto es que la lectura de ese poema había evolucionado a lo largo del tiempo.
Esto mismo ocurre cuando trabajamos con cooperación. Nuestras ideas van cambiando a lo largo del tiempo, ya sea porque adquirimos nuevos conocimientos o porque vamos madurando y nuestra percepción del mundo es diferente. ¿Cómo ha cambiado tu manera de entender la cooperación a lo largo de tu vida? Quizás podrías escribir tus expectativas sobre el trabajo que va a realizar antes de hacerlo y releerlo a tu regreso.