PUERTA REAL
Cronología: s. XII /1864
Periodo Histórico: Edad Media
Estilo: Almorávide (s. XII) - Intervenciones cristianas de orden clásico (s. XVI)
Conectaba: El barrio extramuros de los Humeros con la Calle de Armas (hoy Alfonso XII)
Uso Actual: Plaza de la Puerta Real
La Puerta que hoy llamamos Real fue constituida como uno de los accesos occidentales de la muralla defensiva que, construida en distintos periodos almorávides y almohades, cercó originalmente la ciudad de Sevilla. Identificada en las fuentes musulmanas como bab al-Kuhl y bab al-Muaddin, esta puerta daba salida hacia el Arenal, una zona de ribera frecuentada por pequeñas embarcaciones dedicadas a la pesca. Originariamente el acceso por la puerta islámica se realizaba en recodo, mediante un saliente en el muro que abría de manera lateral. Además, distintas referencias coinciden en la presencia de una torre.
Tiempo después pasó a llamarse Puerta de Goles, haciendo uso del nombre del arrabal que se encontraba frente a ella. La puerta conectaba entonces el final de la Calle de Armas (actual Alfonso XII), con la confluencia de las calles Goles, Gravina y la Cuesta de San Laureano, ocupando una depresión y quedando oculta por el Cerro de San Laureano, junto a la ribera del río Guadalquivir.
La Puerta de Goles fue la tercera reformada en la ciudad, tras la de la Macarena y la de Jerez, con la intención de transformar el acceso en recodo y adecuarla al nuevo gusto imperante. En 1560 Hernán Ruiz II, mientras ostentaba el puesto de Maestro Mayor de la ciudad, construye una nueva puerta de acceso directo. La nueva construcción de cantería emplea elementos de orden clásico, arco de medio punto, planta rectangular y disposición en dos cuerpos, rematados por un frontón y un tondo en cada una de las fachadas, en el interior las armas de Sevilla y en el exterior las de Felipe II. Como coronación fueron empleadas las características bolas y pirámides de Hernán Ruiz II en los vértices del frontón. En la cara interior se localizan dos capillas, una dedicada a Nuestra Señora de la Merced y otra a San Antonio de Padua. La nueva puerta adquiere un carácter administrativo, aunque continúa guareciendo a la ciudad de las crecidas del río Guadalquivir.
Posteriormente, el apelativo “Goles” pasa a ser sustituido por “Real”. Mientras unas fuentes sostienen que esto se debe a la entrada que hizo por ella San Fernando tras la conquista Castellana de la ciudad; la mayor parte de la historiografía sitúa en la elección de esta puerta para la entrada a la ciudad, el 10 de mayo de 1570, del rey Felipe II, al acontecimiento que derivó en dicha denominación. El motivo que llevó a su elección para la realización de la entrada real fue la mayor anchura de la entonces Calle de Armas, que permitiría dotar de una mayor espectacularidad el acontecimiento, incluyendo a la armada desde el río.
Durante el siglo XIX, la puerta sufrirá transformaciones como consecuencia de las obras de instalación ferroviaria. Concretamente, la Cuesta de San Laureano se alineará en 1856 con la Puerta Real y serán edificados los primeros almacenes ferroviarios.
Finalmente, al igual que la mayor parte de la muralla y de sus otras puertas, es demolida en 1864. Sin embargo, tanto la plaza a la que daba acceso como la Capilla de Nuestra Señora de la Merced se mantienen. Los restos de la puerta fueron trasladados al cementerio de San Fernando con la intención, nunca materializada, de ser reconstruidos para servir de entrada al camposanto.
Vista de la Puerta Real. Al fondo, los depósitos de la estación de ferrocarril, autor desc. (1856).
En: González Cordón, A. (1985). Vivienda y ciudad: Sevilla 1849-1929. Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla, Centro Municipal de Documentación Histórica, p. 37.