N150 Epitafio de Anastasia y Erasio

N150 Epitafio de Anastasia y Erasio

N150 Epitafio de Anastasia y Erasio

Descripción

  • Idno filename 20/04/0014
  • Tipo de inscripción: Sepulcralis Christ.
  • Soporte: Placa
  • Material: Mármol      Descripción del material: Color blanco, ligeramente cóncava, inscrita en sus dos caras.
  • Descripción del estado de conservación: Roto parcialmente en su parte inferior. Según el texto grabado en el reverso, podemos pensar que le falta un tercio de la altura de la piedra. Cortado (bruscamente) a izquierda y derecha. El ángulos superior izquierdo está dañado (estos dos accidentes son posteriores a los grabados). En la cara posterior, el desgaste de la superficie ha suavizado o borrado letras de l. 1-2 y 4-5. Según Thiers, este desgaste se debe a las "emanaciones corrosivas del mar".
  • Medidas alto/ancho/fondo (cm): 60/32/9.5
  • Campo epigráfico:
    • Disposición del texto en el soporte: El campo epigráfico ocupa, en la cara anterior, tres cuartos de la altura de la parte conservada (se puede decir, quizás, la mitad de la altura de la piedra original) y, en la cara posterior, casi la totalidad de la parte conservada. En la cara anterior, las líneas están inscritas en el sentido del largo, la "ordinatio" estaba quizás alineada a la izquierda, dónde falta una letra de l. 3 a 7, y dos letras en l. 8. En la cara posterior, las líneas están inscritas en el sentido de la altura, la "ordinatio" está alineada a la izquierda, pero muy torpemente. En la cara anterior, el grabado es muy grueso y profundo, y denota una cierta regularidad a pesar de las variaciones de la inclinación. Según Thiers, es el trabajo de un grabador sin experiencia y analfabeto, lo que es un juicio excesivo. En la cara posterior, el grabado, más fino, no es incorrecto, pero muy variable en la forma y medida de las letras.     
    • Descripción de la decoración: En la cara anterior: cruz monogramática que corresponde a un poco más de la altura de dos letras; los dos trazos tienen la misma medida (l. 8). En la cara posterior: cruz latina al principio del texto.
  • Conservada

Letra

  • Medidas de las letras:4,2-1,5 cm

Localización

  • Lugar de hallazgo: Mencionada por primera vez el cuatro de mayo de 1866 por P. Tournal. Se encontraba "en una pequeña capilla rural, a algunos pasos de castillo de Gléon, comuna de Villesèque, cantón de Durban (Aude), cerca de Mandurel" (Guilhermy); "recientemente descubierta por M. el doctor Bonnes en una capilla romana del castillo de Gléon" (Barry).
  • Geolocalizacion
  • Lugar de conservación: Conservada en el museo lapidario de Narbona.
  • Número de inventario: 4179
  • Ubicación con NOMENCLATURA MODERNA con ESCALA MACRO Francia
  • Ubicación con NOMENCLATURA ANTIGUA con ESCALA MACRO Gallia / Narbonensis / Narbo

Cronología

  • Datación de la inscripción: Entre el año 472 y el año 599
  • Justificación de la datación: La cara anterior, según la forma de las letras (A, M N, Q, S), podría datar de finales del siglo V o primera mitad del siglo VI; según los elemntos lingüísticos y el formulario, del siglo VI ; según la cruz monogramática, antes de la segunda mitad del siglo VI ; según la indicación de la fecha, 472, 517 o 592. La cara posterior, según la forma de las letras, dataría de los siglos VI-VII ; según la cruz del principio de la inscripción, después de la segunda mitad del siglo VI. Según Thiers y Barrry, sería contemporánea de CIL XII, 5349 (s. VI).

Tipo de verso

  • Tipo de verso: Dactílico (hexámetro)
  • Corresp. verso/línea: No
  • Distinc. prosa/verso: No

Edición epigráfica

Cara anterior:  [uac. 1 ?]ḥic requiisce[t]

 in pace beneme[— ?]

 +O

 [·]AETI Anasta[sius ?]

5        [s]ub diae III tercium

 [K]a̅l̅(endas) Maias ind̅i̅(cti)ọ[ne]

 [d]ecema anno

 [se]xto ⊂chrismo⊃ : ⊂crux⊃ cum littera P

Cara posterior: ⊂crux⊃ panditur hic adi[tus—]

10     et domus etherị[a—]

 in qua iugịs superIḶ[—]

Ceragi ossa ịạ[ce(n)]t c[—]

 [··]c C̅h̅r̅(istu)s̅ populis cunctis[—]

 [··]c uia siderea graditu[r—]

Texto dividido en versos y signos métricos

Panditur hic aditus [—]   qww|q/ww|q/[n|qn|qww|q~]

et domus etheria[—]   qww|qww|q[/n|qn|qww|q~]

in qua iugis superil[—]   qqw|q/ww|q[n|qn|qww|q~]

[C ?]erag(i) ossa iacent c[—]   qq|qww|q/[n|qn|qww|q~]

5       [-]c Christus populis cunctis [—]   qq|q/ww|q/q|q/[n|qww|q~]

[-]c uia siderea graditur [—]    qq|qww|q/ww|q/[n|qww|q~]

Traducción

Aquí descansa en paz, que bien lo merecía,(?) […] Anasta(¿sia?, -¿sio?), el tercer día antes de las kalendas de mayo, en la décima indicción y el sexto año (de reinado)(472). Aquí se abre la entrada [...] y la morada etérea [...] en la que [...] arriba […]. Los huesos de (¿C?)Eragio yacen […]. […] Cristo […] a todos los pueblos […]. […] Avanza sobre el camino estrellado […].

Bibliografía

TOURNAL 1944, 234 ; Séance du premier juin 1866, 235 ; CHABOUILLET 1866, 236 ; GUILHERMY 1866, 456-7 ; LE BLANT (inde M. Tournal) 1866, 124-9 ; BARRY 1867, 442-7 (LEB. HGL XV, 1281) ; RAME 1875, 597-87 ; HIRSCHFELD, CIL XII, 5347 ; THIERS 1890, 305-18 ; LEB. HGL XV, 12828 ; LE BLANT, NR, 308-309 (avec fac-simile) ; BÜCHELER, CLE, 691 ; FIEBIGER et SCHMIDT 1917, 212 ; BARTHE 1926-30, 289-316 ; LECLERCQ, DACL, 1935, (avec fac-simile) ; GRENIER, FOR, XII (Aude), 56-7 ; PIRSON 1901, 3, 34, 71 ; TOLMAN 1910, 103 ; HOOGMA 1959, 362 ; SANDERS 1965, 473, 495, 504, 513 ; LEUMAN 1972, I, 154.

Aparato crítico

antica : 1 in. fortasse signum crucis | requiisce[t] omnes || 2-3-4 beneme/ṃo/[ri]ae ? Hirsch. bene me/mo/[ri]a(e) et i(nnocens ?) Lebègue beneme/[mori]ae Tianasta uel beneme/[mori]a Etianasta Le Bl. (NR) || 3 ịo lapis || 4 aeti anasta[sius ?] Hirsch. Anasta[sia] Lebègue eti( ?) Anasta[sius uel sia] Leclercq || 6 indi̅c Hirsch. indtio Thiers perperam
auersa : 1 [—]di Le Bl. (1866) hic adi[tus] Barry, Hirsch. Thiers ; littera C hodie euanuit || 2 doimus Le Bl. (1866),
perperam | sti[ Le Bl. (1866) ; etherị Barry, qui supplet ethere[a ?] ; etheria[e] Thiers etheri[a ?] Büch. (a)etheri(ae ?) Leclercq || 3 iugis Le Bl. (1866), Barry, Hirsch. || su[ Le Bl. (1866) superi l[audes ?] Barry, Leclercq superil[—] Hirsch superi l[iminis — corpus ?] Thiers super il[lustres] Büch. || 4 ossa[—]n[—]to[ Le Bl. (1866) [·]eragi(i) ossa ia[ce]t c[ Barry, ia[cen]t intellegendum c̣eragi ossa ia[··]t · c+ Hirsch. qui punctum uidit inter litteras T et C, superficiei damnum mea sententia C̣eragiossae ụọto [patris ? subactum est] Thiers Ceragiossa e uoto haud dubie Barthe [·]eragi ossa iacet o[ Leclercq || 5 [ha]c Barry [hi]c Thiers [si]c Büch. | cuncti[ Le Bl. (1866) || 6 [ha]c Barry, Thiers [nun]c Büch. || craditu[r] Barry errore, G enim legendum. graditur Le Bl. (1866), Lebègue, Leclercq, errore ut uidetur

Comentario

Este fragmento, hasta donde se puede juzgar, utiliza frases familiares a la poesía clásica. Su obertura es, pues, una inconfundible reminiscencia de Virgilio, donde ya encontramos la idea de acceso a una morada divina, de una visión que se revela: Panditur interea domus omnipotentis Olympi, / conciliumque uocat diuom pater atque hominum rex / sideream in sedem, terras unde arduus omnis / castraque Dardanidum aspectat populosque latinos. (VERG. Aen. 10, 1- 4); panditur ex templo foribus domus atra reuolsis (VERG. Aen. 8, 262), y da testimonio de un conocimiento detallado del uso de este término en poesía, ya que casi siempre se ubica al comienzo de verso (PROP. 4, 11, 2; OV. fast. 4, 447; STAT. silu. 3, 3, 66; STAT. Theb. 4, 520; Theb. 10, 5; Theb. 10, 192; VAL. FL. 2.579; VERG. georg. 1, 34). Aditus también tiene empleo poético, y lo encontramos, cerca de la palabra hic, en Séneca (SEN. Herc. f. 164) y Silius Italicus: atque hic perlustrans aditus fulgentia cernit / arcis templa iugo, quorum tum Virrius, altae / immitis ductor Capuae, primordia pandit (SIL. 12, 85-7). La expresión domus aetheria no es muy común en poesía, pero lo leemos en Propercio (PROP. 2, 16, 49), Ovidio (OV. Pont. 4, 13, 25), Horacio (HOR. carm. 1, 3, 27), Séneca (SEN. Herc. O. 92) y Silius Italicus (SIL. 6, 252). Virgilio emplea con frecuencia la forma iugis (once veces en la Eneida), a menudo al comienzo de un verso, después del enclítico –que, mientras que en Propercio (siete apariciones) y en Ovidio (13 apariciones), este término es constantemente colocado en el último pie del pentámetro. Un pasaje de Tácito (hist. 3, 77, 1) ofrece la secuencia iugis super: multa nocte cohortes expeditas summis montium iugis super caput hostium sistit, pero parece imposible hablar de reminiscencias. También se puede citar un pasaje de las Escrituras donde los dos términos son bastante distantes: idcirco uaticinare super humum Israhel et dices montibus et collibus iugis et uallibus haec dicit Dominus (VVLG. Ezech. 36, 6). La asociación de Cristo y de todos los pueblos, entonces, no tiene nada de asombroso. Por el contrario, encontramos muchos ejemplos, como: Christi enim resurrectio cunctorum es redemptio populorum. (TAVR MAX. Serm. 56); cunctis pro populis rogabo christum. (PRVD. perist, 6, 84). Sin embargo, es imposible descubrir el vínculo semántico que podría existir entre estas palabras en la inscripción, debido a la diversidad de combinaciones y posibles fuentes. El adjetivo sidereus no es infrecuente en poesía. G. Sanders cita a VEN. FORT. 2, 14, donde se encuentra la frase sidereo throno, pero la conexión no es muy relevante. Los versos citados por Diehl son más interesantes: sidereasque uias alacri sub corde reportant (SEDVL. carm. pasch. 5, 432).

El verbo pandire se encuentra en el epitafio de Eutropio de Orange: pandire sed tumolo carmine pauca decente (CLE, 1356); en la dedicación de un templo: Ibis in optatas sedes, nam Iuppiter aethram / pandit, Feste, tibi candidus, ut uenias (CLE, 1530, Roma); y en una dedicación de un santuario cristiano: Panditur introitus sacrata limina Cr[isto] / currite certatim gentes populic ue[noche] (CLE, 1918, s. IV-V, España). Tengamos en cuenta que este verbo se usa preferiblemente al comienzo del verso y que en su sentido concreto, corresponde más a un contexto no fúnebre. Las palabras que comienzan con las letras ADI no son infrecuentes, pero dado el contexto, el nombre común aditus es más probable aquí. Se encuentra en el epitafio de Pantagathus de Vaison: Vincentius ambit / hos aditos (CLE, 698) y en una dedicatoria pagana de 357 (CLE, 279, Roma). También conocemos un aditu[ra] en CLE, 751 (Dalmacia). Del empleo de aetherius en los CLE, G. Sanders concluye que este adjetivo impregna las palabras terrestres que califica un personaje de ubicación celestial, y menciona en comparación: spiritus ae]theras ardet adire domos (CLE, 1340; ILCV, 458, Italia); aetherias petiere domos regnaque piorum (ILCV, 1987, Dam. 25, 5) 11; petit aetherias numine iussa uias (CLE, 1437; ILCV, 2166, Italia). También existe aetherias arces: purior aetherias graderis sine carne per arces (CLE, 1367, Italia), un aetheria sedes (CLE, 545, Roma), aetherios sinus (CLE, 306, Roma, cf. infra). La forma ether– lee en CLE, 621 (Italia, s. IV) y 1393 (España, finales del siglo VII). El comienzo del verso in qua se utiliza varias veces en los CLE, en versos dactílicos siempre correctos (excepto CLE, 1327). Dos veces el antecedente del relativo es domus (CLE, 60, Italia y 662, Italia: haec aeterna domus in qua nunc ipsa secura quiescis). La palabra iugis se encuentra en una inscripción colocada a la entrada de un iglesia: Sanctus onor summus. Modefredi memoria iugis / floread sportis sacra cum coniuge sacris (CLE, 854, España, donde se trata más del adjetivo iugis, e). En otros lugares, parece que es la palabra iugum, en el sentido de “yugo”, la que aparece. No pudimos encontrar un ejemplo con el significado de “Altura, arriba”. La serie de letras SUPERIL no vuelve a aparecer en ningún otro lugar de la poesía epigráfica. La asociación ossa / iacere solo se encuentra en inscripciones paganas. El término ossa en sí, de 162 apariciones, se encuentra solo nueve veces en contexto cristiano. Tan solo uno no es funerario (CLE, 310, Roma). Solo podemos concluir esto: las cuatro letras OSSA bien pueden designar los “huesos”, en nuestro epitafio, ya que conocemos paralelos cristianos, aunque raros. En cuanto a la lectura e uoto de Thiers y Barthes, no se puede compare más que con una dedicatoria a Silvano del siglo II (CLE, 250, Italia), donde leemos ex uoto al comienzo del verso. La única forma uoto registrada en un carmen cristiano es la siguiente: eu tegit ossa sepulcrum / haec tibi pro meritis pendo merentia uoto (CLE, 678, Roma). La expresión populis cunctis, entonces, aparece restituida en CLE, 1809, Roma: haec populis c[unctis constabit] gloria facti. Populi cuncti se puede leer en CLE, 327 (Italia), omnibus populis en CLE, 759 (Italia). El ultimo verso evoca, sin duda, un ascenso hacia un espacio celeste. En muchas inscripciones cristianas, se trata del camino de la bienaventuranza, que pasa por las estrellas, aquí representado por el adjetivo sidereus, que lo encontramos en sideream aulam (CLE, 667, Arles), sidereas sedes (CLE, 755, Italia), sidereis uultibus (CLE, 1846, Italia), y en otras partes para astrigerus : astrigeram scandit alma uiam caeloque recepta (CLE, 740 ; ILCV, 3413, Italia), astra : rettulit ad Christum celsa per astra gradum (CLE, 1434 ; ILCV, 1700, Italia) ; Christumque per astra secuti / aetherios petiere sinus regnaque piorum (ILCV, 951 ; CLE, 306, Roma). El término uia, en la poesía epigráfica cristiana, se encuentra en particular en CLE, 740 (ya citado); 307; 669, Roma (fecit ad astra uiam, Christi modo gaudet in aula); 779; 1362, Lyon (caeli uias); 1437, Italia (cum petit aetherias numine iussa uias). Otros ejemplos se pueden encontrar en las inscripciones ILCV, 3428 a 3432. Nosotros no conocemos ningún otro graditur, pero podemos citar dos apariciones de gradiens: CLE, 748, Italia (Letatur gradiens germanis septa puellis / ingressae templum domini) y 709, Italia (quamquam aruis gradiens mente aethera pulsat). Finalmente, no podemos cerrar el recuento de paralelos epigráficos sin citar inscripciones que adornaban la basílica de San Martín en Tours, construida durante el tercer trimestre del s. V, que ofrecen muchos puntos de comparación: Ingredientes templum ferto ad sublimia uultum / excelsos aditus suscipit alta fides. / Esto humilis sensu sed spe sectare uocantem: / Martinus reserat quas uenerare fores. Haec tuta es turris trepidis, obiecta superbis, elata excludens, mitia corda tegens. / Celsior illa tamen quae coeli uexit ad arcem / Martinum astrigeris ambitiosa uiis / unde uocat populos qui praeuius ad bona Christi, / sidereum ingressus santificauit iter. (IC, 170); sidera gemmis; en aethere coetum (IC, 176); istud transgreditur cuncta metallas fide / […] / dumque uenit Christus populos qui suscitet omnes / perpetuo duro culmina Perpetui. (IC, 181).

La primera inscripción está organizada (aparentemente, cf. infra.) de una manera muy convencional, con una forma esperada: hic requiescit in pace bene memoriae, seguido del nombre del fallecido, y la fecha de la muerte. El esquema del poema es más complejo. Esta es una narración en tercera persona, en presente. Primero, es una cuestión de acceso (al más allá cristiano, que debe ser evocado en el v. 2-3?), cumbres de naturaleza indeterminada y una morada celestial. El v. 4 tal vez contiene la mención habitual de los huesos que yacen en la tumba, y se da el nombre del difunto en genitivo. Las dos últimas líneas tal vez ponen en paralelo la recepción universal (o la redención?) de Cristo y la ascensión de los fieles.

Por lo que tenemos de la cara anterior de la piedra, no contenía ninguna temática particular. Podemos preguntarnos sobre el texto exacto de l. 2 a 4, para las que A. Lebègue recuerda que las frecuentes inexactitudes en el grabado (adiciones en l. 3 y 5, corrección de inp– por in pace? – en ind, duplicación de III en tercium ), permítanos imaginarnos una fórmula común que contiene una abreviatura inusual: in pace bene memo[ri]a(e)eti (nnocens) Anastasia. El comienzo al menos parece seguro: hic requiescet in pace, sin abreviatura, y debería ser seguido por bonae memoriae, de la cual benememoria es una variante poco común (cf. RICG XV, 266 y 269, de Briord, s. VII, fechada por el día del mes y la datación). Todo el problema es saber si esta benememoria fue abreviada, o si el lapicida realmente grabó bene/mo/riae como se pensaba numeros editores. En este caso, ¿qué hacer entonces? Hay muchas razones para creer que el nombre del difunto o de la difunta sería Anastasius (o –sia), de lo contrario nos veríamos obligados a inventar un nuevo nombre propiamente dicho, como Le Blant con sus conjeturas de Tianasta o Etianasta, que Leclercq rechaza. El verdadero misterio reside en las letras TI. ¿Podemos leer Ti(berius) con A. Ramé, quien afirma que los Tiberios son frecuentes en el Imperio después de Tiberio II (580)? Sin embargo, según Le Blant el uso del doble nombre desaparece de las inscripciones después de la primera mitad del siglo V. La idea de Lebègue: benememoria et  i(nnocens), que supone una grave torpeza del lapicida, se juzga poco sustentable por Leclercq, quien se refiere a su estudio del término innocens, pero sin embargo retoma esta lección en su traducción.

La cara posterior, para Ramé, encaja en el dintel de la puerta de una iglesia. Para Lebègue y para Leclercq, a una tumba a la entrada de un santuario. En el caso de E. Le Blant, llevaba “la inscripción de un santuario que contenía, según todas las apariencias, los restos de su fundador “, y la cara anterior se grabó, pero E. Barry, quien señaló acertadamente que la cara anterior, sólo datada, había sido recortada y presentaba huecos a la derecha y a la izquierda, mientras que el poema grabado en la parte posterior parecía completo en la parte superior e inferior, cuestionó esta opinión y pensó que el epitafio de Anastasia (?) se había reutilizado para la tumba de Ceragius (?). Para él, no era un monumento separado del oratorio fundado por Diusvirus (CIL XII, 5349). Según su interpretación de los primeros versos, la piedra se habría ubicado “en la entrada y probablemente fuera de la capilla, bajo una especie de porche cubierto, (un nártex), […]”, que se derrumbó en fecha desconocida. Thiers retoma la idea de un porche cubierto, que según el texto “se trata de una cumbre, de un lugar alto donde Cristo llama a los pueblos a ser testigos de su resurrección y de un camino que él sube antes de ascender a los cielos. […] ” cree “que nuestro monumento fue colocado en la puerta desde un recinto desde el que por un camino se llegaba a la pequeña capilla elevada”. El aspecto lacunar del carmen es la causa de todas estas discrepancias.

El estudio estilístico de este fragmento está, por supuesto, suspendido en la incertidumbre de lo que podría contener la parte que falta. Por otro lado, hay elementos para comentar. El uso exclusivo de presente impone en la mente del lector una clara impresión didáctica. Asociado con el valor designativo de v. 4 (iacent) y 1 (panditur), los presentes panditur y graditur con un valor casi gnómicos, que enmarcan el texto, tienen el efecto principal de asegurar que el difunto se una a la morada de los bienaventurados. Más allá del consuelo dirigido al séquito del difunto, estos dones de la verdad por supuesto participan en la transmisión del credo cristiano en el seno de una comunidad. Finalmente, ¿deberíamos pensar que el poema cerró con una anáfora en los v. 5-6 ([ha]c / [ha]c)? No es imposible. Para Ramé y Thiers, el estilo es análogo al del epitafio de Festa. Nada, sin embargo, apoya esta afirmación.

La forma requiiscet presenta dos vulgarismos, frecuentes en época tardía: la e cerrada obstaculizada denota i y la i átona final denota e (este segundo hecho, según los ejemplos citados por J. Pirson, pertenece más bien al final del s. V o VI, en el s. VI y s. VII según F. Descombes). La i posttónica aprece también como e en decema (las otras apariciones pertenecen en su mayoría al s. VI). Se aprecia también la asimilación del grupo ci sustituido por ti en tercium, y la notación de Æ por diptongo en diae (ejemplos similares se encuentran después del s. V, desde principios del s. VI según J. Pirson).

La lengua de este carmen es de inspiración muy clásica, por lo que no admite comentarios. La única originalidad del texto (etheri-) no es una, ya que la reducción del diptongo ae se atestigua abundantemente desde el período imperial.

Con respecto al nombre Anastasius, el Onomasticon identifica ochoapariciones entre cristianos, de los cuales esta. Los demás se encuentran principalmente en Dalmacia y Panonia. Nombres que comienzan con ianasta o tianasta no están atestiguadas. Para el carmen, Diehl se refiere a Caragius o Caragus. Ceragiossa no tiene ejemplos.

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Autor de la foto: H. Belloc
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