Itálica es uno de los más importantes sitios arqueológicos de la Península Ibérica, siendo la primera fundación romana en Hispania (206 a.C.) (Vetus Urbs), y cuna de Trajano y Adriano, triplicándose con este último emperador su perímetro urbano (Nova Urbs), que constituye actualmente el núcleo del Conjunto Arqueológico de Itálica (CAI), gestionado por la Junta de Andalucía. La investigación arqueológica sistemática se ha centrado en la Nova Urbs, mientras que en la Vetus Urbs, bajo el actual pueblo de Santiponce, a excepción de algunas intervenciones puntuales, han faltado proyectos más generales.
Nuestro objetivo es paliar esa carencia para investigar el desarrollo urbano de Itálica desde sus inicios hasta su abandono en la Edad Media en el sector NE de la Vetus Urbs, que coincide con el sector NE del actual Santiponce, fuera de los límites del CAI. Es aquí donde se conserva la mejor documentación arqueológica para analizar todo ese complejo proceso histórico. El área está delimitada al este por el teatro, extramuros, al norte por la muralla republicana, al oeste por el foro (bastante destruido históricamente) y al sur por unas construcciones de contención que individualizan este sector como una especie de acrópolis nororiental en la ciudad, de uso público al menos a partir del Principado de Augusto.
Se ha constatado una secuencia histórico arqueológica desde los inicios de la ocupación humana en el lugar (siglo IV a.C.), sobre todo durante época romana, así como en la Tardoantigüedad y Edad Media (ocupación residual). De este modo, el yacimiento de Itálica se convierte en un “laboratorio privilegiado” para el análisis arqueológico de ese proceso de cambio histórico que supuso la presencia de Roma en Hispania, desde fines del siglo III a.C., ya que – en este caso – se superpone a un oppidum turdetano preexistente datado por ahora entre fines del siglo V a.C. y comienzos del IV a.C., además de las consecuencias urbanas que supusieron los procesos municipalizadores de época de Augusto (Itálica se convierte en municipio romano durante el principado augusteo) y – de manera en este caso excepcional – la transformación urbanística de la ciudad en época de Adriano, momento en que se convierte en colonia romana.
A continuación, son también de importancia los cambios en el Bajo Imperio (ss. III – IV d.C.), que suponen el abandono de buena parte de la ampliación adrianea por el norte y la construcción de una nueva muralla por ese lado, así como – escasamente conocidos – los cambios que debió producir el cristianismo en la Antigüedad tardía (Itálica llegó a ser sede episcopal paleocristiana, aunque de menor importancia que Hispalis, Sevilla), así como la presencia visigoda, hasta la invasión árabe a comienzos del siglo VIII d.C.
El estudio de la evolución del yacimiento desde una perspectiva diacrónica, abarcando desde el siglo V a.C. hasta la Tardoantigüedad, con especial incidencia en época romana y en relación con las características paleotopográficas y paleoambientales, nos permitirá ofrecer una nueva imagen arqueológica de Itálica bajo parámetros científicos y tecnológicos actuales.