(Español) T21 Epitafio de Sexto Perpenna Firmo

(Español) T21 Epitafio de Sexto Perpenna Firmo

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Description

  • Idno filename 22/02/0015
  • Type of inscription: Sepulcralis
  • Material Description: No sabemos cuándo fue encontrada ni qué características podía tener la piedra, quizás una placa. Teniendo en cuenta esto, más los problemas que genera la explicación de su antroponimia y el carácter universal, poco original, del verso que encontramos, es una inscripción de la que no se puede asegurar que haya existido en la realidad.
  • Perdida

Location

  • Place of discovery: Inscripción encontrada en un cruce de caminos junto a la catedral de Tarragona.
  • Geolocation
  • Location with Modern Nomenclature España / Tarragona
  • Location with Old Nomenclature Hispania / Citerior / Tarraconensis / Tarraco

Chronology

  • Inscription's dating: Between year 101 and year 299
  • Dating explanation: Por lo que se refiere a la datación, contamos con pocos datos. Como bien apuntaba ALFÖLDY, si se trata de una inscripción hecha en Tarraco, la presencia de la fórmula D. M. apunta a un texto fechable entre los siglos II y III d.C.

Type of verse

  • Type of verse: Trocaico (septenario)
  • Verse/line correspondence: No
  • Prose/verse distinction: No

Epigraphic edition

D(is) ▴ M(anibus)

Sexti ▴ Perpennae Firmi

vixi ▴ quem ▴ ad ▴ modum ▴ volui

quare ▴ mortuus ▴ sum ▴ nescio

Text divided into verses and metric signs

Vixi quem ad modum volui. Quare mortuus sum, nescio.  llwH|lwl|wwl|ll||lw|ll|lw|~

Translation

A los dioses Manes de Sexto Perpenna Firmo. He vivido como he querido. Por qué me he muerto, no lo sé.

Bibliography

Hübner II 6130, VI 23942, cf. VI p. 3529. 3917; Hübner, EE IV 29; (inde Cholodniak 1904, 1067 [et 1114]; Dessau, ILS 8160; Engström 1912, 86; Mariner 1959b, 210-211; Vives ILER 3851); Alföldy, RIT 636; ex Hübner et Alföldy sumpserunt Di Stefano 1987, 192 adn. 473; Thigpen 1995, 174-176 n. 31; Gómez Pallarès 1999, 137-139 n. 3.4 [HEp. 1999, 538]; Gómez Pallarès, PEPC, T21, qui in linguam Catalanam vertit); Alföldy, II2/14, 1636; Cugusi 2012, 118. – Cf. Mariner 1952, 149 et nota 1; id. 1959b, 210–211; Gómez Pallarès 1995b, 82; Hernández Pérez 2001a, 310; Massaro 2004, 373; di Stefano 2006, 3; Cugusi 2007, 66-67; Alföldy 2007, 338 n. 12.

Comentary

Este poema tiene una copia exacta en Roma (= Bormann – Henzen – Huelsen, VI, 23942 y Cholodniak 1114), coincidiendo incluso en el nombre del dedicado. ¿Cuál puede ser la causa de este hecho? Pensaría quizás que una de las dos inscripciones fuese la que acompañaba los despojos de Sexto Perpenna Firmo, mientras que el otro sería un cenotafio hecho poner por un pariente, conocido, etc. ¿Cuál es cuál? No me parece despreciable el argumento onomástico en este caso. Si tenemos que creer el nombre que transmiten las dos inscripciones, Perpenna, en principio, más bien habría que inclinarse a pensar que se trata de un muerto en Roma, que tiene su sepultura allí y que sus contactos con Tarragona hicieron que se encuentre también un cenotafio aquí. Su nombre familiar sólo es conocido en Hispania a través de nuestra inscripción (Abascal 1994b, 196), a pesar de que hay una Perpena Valeriana (sin geminación, por tanto) en Itálica (HEp 1, 564). Schulze 1904, 88, indica que el origen del nombre Perpenna (o Perpena, con simplificación de la geminada) procede de Perperna (con una disimilación de las dos –r-). Este nombre familiar está bien documentado en Roma desde antiguo (un cónsul ya en el 130 a.C.) y tiene una fuerte presencia en Etruria. Ahora bien, si la ecuación que se plantea aquí es Perpenna < Perperna,  hay que decir que éste es también un nomen (cf. Abascal 1994b, 196 y RIT 421, 422 y 464) bien conocido en la Tarraconense (también está en Ampurias y en Barcelona) y en la Bética (Cabra, Córdoba), con cronologías y lugares más cercanos a nuestra inscripción que los más lejanos itálicos. Tampoco creo que ayude a decidir nada concreto el hecho de que el cognomen del difunto, Firmus, sea mucho más frecuente en la península itálica que en la ibérica (Mócsy 1983, 127), porque las cifras (106 frente a 35) permiten cualquier hipótesis. El nomen es, en suma, mucho más frecuente en Roma y Etruria y en esta última zona es de amplia tradición. Cobra fuerza, en este sentido, la hipótesis que plantea Di Stefano 2006, 3 (su ejemplo 1.2.3 es nuestra inscripción), en el sentido de que “3) testo a in Roma < Bormann – Henzen – Huelsen VI, 23942>, testo b in Tarragona <CIL II, 6130>, supporti ignoti e irreperibili (ma forse b è semplice trascrizione di a).” El texto tarraconense podría ser, sin más, una transcripción moderna (no hay dato alguno real sobre la supuesta piedra hallada) con errónea atribución topográfica, de la inscripción original romana (Bormann – Henzen – Huelsen VI, 23942).

Paralelos literarios: Petr., 138, 8. Paralelos epigráficos: CLE 991, 1, vixi quod volui semper bene pauper honeste (et CLE 992, 1).

      En cuanto a la métrica, Bücheler no recogió esta inscripción; Hübner apuntó la posibilidad de que quien la escribió hiciese un verso, que se habría perdido en el acto de la transmisión de una inscripción ahora perdida; Cholodniak pensaba que eran dímetros yámbicos, mientras que Engström escribe que podría ser un septenario trocaico, a pesar de que le encuentra el problema de los hiatos, que hace que no encaje en este metro. Según Mariner 1952, 149 y nota 1, *puede constituir un septenario trocaico acentuativo, metro que cuadra mejor con su carácter: víxi quém ad módúm vólui: quáre mórtuus súm nescio. Siendo acentuativo se explica bien la no elisión de quem ante ad así como la tendencia a prescindir del cómputo de la u en hiato (voluit, mortuus). La única dificultad está en nescio, cuya sílaba tónica está en el lugar de las átonas, i es también semiconsonantizada y ocupa el lugar de las tónicas la sílaba o. Mas como esta sílaba lleva el acento secundario, no es de extrañar esta colocación, la cual, a su vez, pudo haber determinado las anteriores. Así, la i de nescio sería no computada, como la u en volui y mortuus, con lo que ne queda al lado de scio y se toma por átona, pues no puede haber dos acentos seguidos; quizá la conciencia de que se trataba de un preverbio pudo contribuir a este empleo fuera del ictus.+ Sin embargo, la escansión de Mariner tiene muchos problemas: precisa de tres consonantizaciones, la última de ellas en la (irreconocible) cláusula del septenario. Más bien parece que el verso, sin dejar de ser cuantitativo, muestra las incorrecciones prosódicas normales en su época: abreviación de la final átona de vixi y de modum, debida sin duda al acento de palabra, según el cual quem ád modum muestra la misma acentuación que tiene quemadmodum en prosa.

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Author

  • Author:J. Gómez Pallarès
  • Last Update2023-03-31 15:33:27

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