El abastecedor y preparador de los medicamentos fue Juan Bernal, un boticario
muy interesante, con muchas conexiones científicas y comerciales en la Sevilla del s. XVI. Se
recrea en la Facultad de Farmacia de Sevilla en el entorno de su Museo una exposición que
recrea, de un lado, los remedios que portaban en la expedición, como la Triaca, el Diacotolicón,
el Ungüento Confortativo, el Ungüento Apostolorum, la Atutía o los Polvos de Diamargaritón,
junto al utillaje propio farmacéutico en forma de albarelos, balanzas, caja de medicamentos,
morteros... Y, de otro, las especias que trajeron como la nuez moscada, el azafrán, el clavo,
la pimienta negra, el sándalo, el jengibre y la canela, que fueron el verdadero objeto de la
expedición, con cartelas explicativas sobre la expedición y sobre su farmacia.