Primer Premio

El proyecto Djehuty: misión arqueológica española en la necrópolis de Tebas (Egipto)

Investigador responsable: José Miguel Serrano Delgado,

Dpto. de Historia Antigua

 

Entre 2001 y 2002 se constituyó un equipo de egiptólogos y arqueólogos, fundamentalmente del CSIC (Madrid) y de la Universidad de Sevilla, bajo la dirección, respectivamente, de los Dres. José Manuel Galán y José Miguel Serrano, cuya intención era poner en marcha un proyecto arqueológico permanente en Egipto.

Desde entonces y hasta la actualidad, el Proyecto Djehuty trabaja en Dra Abu el-Naga, en la parte septentrional de la necrópolis de Tebas, en las tumbas de varios nobles del Imperio Nuevo (Djehuty, Hery, Baki y varios más), con unos resultados muy positivos.

Se ha logrado recuperar una documentación que amplia lo que conocemos no solo de la XVIIIª Dinastía, sino también de otras épocas de la historia de Egipto mucho más oscuras, como el Segundo Período Intermedio o los comienzos del Reino Medio.

Entre los objetivos del equipo destacan la restauración y musealización de las tumbas mejor preservadas y de más interés histórico del yacimiento, destacando en primera lugar la de Djehuty, ministro principal de la mujer-faraón Hatshespsut, que se abrirá al público y podrá visitarse en breve.

Asimismo, durante casi dos décadas, el Proyecto Djehuty ha sido una escuela y cantera por la que ha pasado un selecto grupo de jóvenes investigadores españoles que han podido así especializarse en el siempre complejo y difícil campo de la Egiptología científica.

 

 

 1. Paisajes antiguos y modernos: la convivencia de la vida y la muerte en la necrópolis de Tebas

La línea que marca el asfalto de la carretera separa nítidamente las casas actuales, en el valle verde donde los cultivos y las palmeras dibujan un horizonte exuberante, del arenoso, amarillento y aparentemente estéril desierto. Aquí es donde trabajan los miembros de la Misión Española. Aquí, en lo que fue la antigua necrópolis de la capital del imperio de los Faraones, apenas hay un rincón que desmerezca el trabajo de los arqueólogos, que no permita escribir una página más de la vida y el pensamiento de una sociedad extinta, pero no perdida: construcciones de adobes, pozos funerarios, calles y escalinatas, fachadas de tumbas, cuyas puertas conducen a otro mundo, esta vez  recoleto y protegido del sol... Es difícil encontrar un campo arqueológico de riqueza similar. Y, también, de una belleza tan sugestiva.

 

2. Juegos de luces desentrañando el pasado

Trabajar en la necrópolis de Tebas es tarea compleja, a menudo dura, y siempre gratificante. En un terreno que ha sido habitado ininterrumpidamente durante 4000 años, y que ha sido excavado una y otra vez desde que Europa, y Occidente, empezaron a sospechar que sus orígenes podían ir más allá de Grecia o Roma, allá por el siglo XIX, el registro arqueológico une lo antiguo, lo moderno y lo contemporáneo. A la grata recuperación de una bandeja de la dinastía XI, de un fragmento de lino con un texto delicadamente escrito del Reino Nuevo, o de un ostrakon copto, se une la recopilación de monedas islámicas, de pipas turcas, o incluso la carta o el apunte de algún pionero que nos precedió, hace casi 100 años, por estos arenales. Yahzim es consciente de ello, y se aplica con mimo a su trabajo, mientras los rayos de un sol matutino matizan las sombras y luces de un yacimiento que despierta a otro día de vertiginosa actividad.

 

 

 

3. En el interior de una tumba egipcia

Cuando después de varias campañas, de varios años, la excavación alcanza los últimos niveles, cuando el suelo original comienza a adivinarse, a aparecer, siempre hay que redoblar el cuidado y la escrupulosa aplicación del método. En estas tumbas, casi todas ellas saqueadas desde la Antigüedad, es donde podemos registrar materiales y hallazgos de mayor valor documental, fijar la información que nos va a permitir entender la intrahistoria de la necrópolis, de esta tumba, y de quienes la crearon e hicieron uso de ella. Por eso, para esta labor, hay que seleccionar bien a nuestros trabajadores. Ibrahim es uno de los más veteranos; es experto, sensible e inteligente. Sabe cómo proceder en cada momento. Ha compartido con nosotros casi 20 años de experiencias, de vida, y también de amistad. Está terminando de limpiar el nivel, con restos de ataúd, de momia, de elementos de ajuar…Objetivo cumplido.

 

4. Lecturas antiguas: enfrentándose a un texto milenario

Cuando terminamos la excavación del interior de la tumba de Djehuty, y accedimos a la cámara sepulcral, nos encontramos con la grata sorpresa de que estaba decorada, paredes y techo, con textos e imágenes.

Una de las más antiguas copias del texto funerario fundamental del Egipto Faraónico, el “Libro de Salir Afuera de Día” (antes conocido como Libro de los Muertos). Eso fue solo el principio: hubo que trabajar duramente para poder hacer accesible un espacio subterráneo, con problemas de conservación y seguridad. Se tuvo que constituir un equipo, dentro del equipo, para el estudio y publicación de lo que se convertirá sin duda en un referente (ya lo es) para el estudio de los textos funerarios egipcios… Nuestra epigrafista, y especialista en este tipo de textos, Lucía Díaz-Iglesias, se aplica con esmero y minuciosidad a entender hasta el más pequeño detalle, palabra y pasaje, de este extraordinario documento.

 

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 1. Paisajes antiguos y modernos: la convivencia de la vida y la muerte en la necrópolis de Tebas
La línea que marca el asfalto de la carretera separa nítidamente las casas actuales, en el valle verde donde los cultivos y las palmeras dibujan un horizonte exuberante, del arenoso, amarillento y aparentemente estéril desierto. Aquí es donde trabajan los miembros de la Misión Española. Aquí, en lo que fue la antigua necrópolis de la capital del imperio de los Faraones, apenas hay un rincón que desmerezca el trabajo de los arqueólogos, que no permita escribir una página más de la vida y el pensamiento de una sociedad extinta, pero no perdida: construcciones de adobes, pozos funerarios, calles y escalinatas, fachadas de tumbas, cuyas puertas conducen a otro mundo, esta vez  recoleto y protegido del sol... Es difícil encontrar un campo arqueológico de riqueza similar. Y, también, de una belleza tan sugestiva.
 
  • 2. Juegos de luces desentrañando el pasado
Trabajar en la necrópolis de Tebas es tarea compleja, a menudo dura, y siempre gratificante. En un terreno que ha sido habitado ininterrumpidamente durante 4000 años, y que ha sido excavado una y otra vez desde que Europa, y Occidente, empezaron a sospechar que sus orígenes podían ir más allá de Grecia o Roma, allá por el siglo XIX, el registro arqueológico une lo antiguo, lo moderno y lo contemporáneo. A la grata recuperación de una bandeja de la dinastía XI, de un fragmento de lino con un texto delicadamente escrito del Reino Nuevo, o de un ostrakon copto, se une la recopilación de monedas islámicas, de pipas turcas, o incluso la carta o el apunte de algún pionero que nos precedió, hace casi 100 años, por estos arenales. Yahzim es consciente de ello, y se aplica con mimo a su trabajo, mientras los rayos de un sol matutino matizan las sombras y luces de un yacimiento que despierta a otro día de vertiginosa actividad.
 
 
 
  • 3. En el interior de una tumba egipcia
Cuando después de varias campañas, de varios años, la excavación alcanza los últimos niveles, cuando el suelo original comienza a adivinarse, a aparecer, siempre hay que redoblar el cuidado y la escrupulosa aplicación del método. En estas tumbas, casi todas ellas saqueadas desde la Antigüedad, es donde podemos registrar materiales y hallazgos de mayor valor documental, fijar la información que nos va a permitir entender la intrahistoria de la necrópolis, de esta tumba, y de quienes la crearon e hicieron uso de ella. Por eso, para esta labor, hay que seleccionar bien a nuestros trabajadores. Ibrahim es uno de los más veteranos; es experto, sensible e inteligente. Sabe cómo proceder en cada momento. Ha compartido con nosotros casi 20 años de experiencias, de vida, y también de amistad. Está terminando de limpiar el nivel, con restos de ataúd, de momia, de elementos de ajuar…Objetivo cumplido.
 
  • 4. Lecturas antiguas: enfrentándose a un texto milenario
Cuando terminamos la excavación del interior de la tumba de Djehuty, y accedimos a la cámara sepulcral, nos encontramos con la grata sorpresa de que estaba decorada, paredes y techo, con textos e imágenes.
Una de las más antiguas copias del texto funerario fundamental del Egipto Faraónico, el “Libro de Salir Afuera de Día” (antes conocido como Libro de los Muertos). Eso fue solo el principio: hubo que trabajar duramente para poder hacer accesible un espacio subterráneo, con problemas de conservación y seguridad. Se tuvo que constituir un equipo, dentro del equipo, para el estudio y publicación de lo que se convertirá sin duda en un referente (ya lo es) para el estudio de los textos funerarios egipcios… Nuestra epigrafista, y especialista en este tipo de textos, Lucía Díaz-Iglesias, se aplica con esmero y minuciosidad a entender hasta el más pequeño detalle, palabra y pasaje, de este extraordinario documento.
 

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